El prototipo presentado por Willow Garage, una empresa que trabaja con la Universidad de Stanford, será capaz de recoger los juguetes de los niños, moverse con facilidad por una casa desconocida, poner vacunas y abrir una botella de cerveza. Pero lo que quieren sus creadores es que sus funciones sean desarrolladas por todos. Por eso van a ponerlo a disposición de las universidades como plataforma de desarrollo abierto.
En apariencia, el prototipo es poco más que un conjunto de cables y chatarra que se mueve sobre ruedas. Según sus creadores, la apariencia humana no es aún muy útil en robótica y aquellos dispositivos “con piernas” se ven aún muy limitados.
La segunda versión, que será presentada a finales de este año y será la que llegue a los centros de investigación, será capaz de construir mapas de sitios desconocidos y navegar con seguridad por ellos. El robot podrá también reconocer objetos antes de tratar de cogerlos, algo muy útil cuando se quiere que ayude a ordenar la casa.
El proyecto se financia con dinero privado. El fundador de Willow Garage, Scott Hassan, ayudó a Larry Page y Sergey Brin a desarrollar la tecnología de Google.
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