Retos de la consultoría TIC en 2009

Dentro de un contexto de mercado cada vez más competitivo y globalizado, donde se pierden las fronteras territoriales de las naciones a través de Internet, el mercado de la consultoría se enfrenta de manera especial a una constante necesidad de adaptación eficiente.
En época de crisis o recesión, esta necesaria evolución exige además retos mayores como fruto de la depreciación de los servicios y la drástica reducción en inversión en la que, en la mayoría de las ocasiones, recaen las organizaciones. En este paradigma, el mayor compromiso en la obtención de resultados, así como la voluntad de que éste -el resultado- influya positivamente en la mejora del negocio, se configuran como los grandes retos para la consultoría TIC en este 2009.
De Perogrullo sería obviar que en los incipientes y siempre constantes retos de la consultoría se halla la necesidad de incorporar equipos multidisciplinares formados por profesionales altamente cualificados con un nivel de competencias propio de las necesidades del siglo XXI. Este capital, además, debe ser equilibrado en sus funciones y costes, pues de lo contrario el paquete retributivo impediría la posibilidad de ser competitivo frente a nuestros voraces competidores.
Pero el reto de seguir existiendo en el 2009 no se satisface con un buen equipo de profesionales. El compromiso, la adecuación a la situación del mercado y, sobre todo, el valor tangible, son los auténticos retos a los que se enfrenta la consultoría TIC.


La obtención de soluciones que influyan directamente en la cuenta de resultados acaricia el paladar de las organizaciones, cada vez más necesitadas de fórmulas que refloten su posicionamiento y nivel de ventas. La consultoría debe elevar su valor revalorizándose por el ROI (retorno de la inversión), garantizando proyectos de un coste variable en función del beneficio repercutido, donde el fijo es el mínimo e indispensable para acometer el desarrollo y medirnos en coste a nuestra competencia.
Los plazos deben ser hoy más que nunca cortos y sólo en los proyectos inevitablemente grandes debe medirse por etapas, permitiendo y garantizando la confianza del cliente y de los resultados a obtener a lo largo de la consecución del proyecto.
En definitiva la consultoría debe ser hoy estandarte de modernidad y de necesidad del resultado. El equipo, el compromiso, el conocimiento, la metodología, la marca e incluso el precio son variables indiscutibles, pero, hoy por hoy, no ciñen la decisión de un cliente a la hora de contratar una consultoría en época de crisis.
El valor tangible y las métricas de ROI para obtener beneficio del trabajo encomendado son los auténticos retos que acompañarán a las consultoras en un mercado marcado por la recesión y la pérdida de posicionamiento en la mayoría de marcas y organizaciones. Sólo el trabajo bien hecho tiene unos claros resultados asociados y tangibles.