Este tipo de métodos igualmente comprometen la intimidad de los internautas, ya que fácilmente aparecen efectos colaterales tras estas medidas, como la obtención de datos sensibles de los usuarios que pueden ser utilizados con fines comerciales: en qué sitios de Internet se realizan compras, con qué programas y de qué manera se comunica con otros usuarios, de qué entidades bancarias es cliente cada usuario, etc.
En Europa también hay una fuerte actividad para intentar regular este creciente volumen de descargas ilegales. En
Francia, por ejemplo, se ha llegado a un acuerdo entre los proveedores de servicios, el gobierno y los propietarios de derechos, por el cual los primeros podrán suspender el acceso a Internet a los usuarios si detectan que éstos llevan a cabo descargas ilegales de material protegido.
Esto se llevará a cabo primero avisando a los interesados mediante mensajes de que están realizando descargas ilegales, para después proceder al corte del suministro si la actividad del usuario persiste. Todo este proceso sería supervisado por un juez.
Con respecto a la legislación comunitaria, la Unión Europea pretende lanzar este año una serie de medidas que afecten a todos los sectores involucrados, con el objetivo final de crear un mercado único de música, películas y juegos accesibles a través de Internet o por teléfono móvil. De esta forma se pretende ayudar al crecimiento de este sector al mismo tiempo que se protegen los derechos de propiedad intelectual.