La exclusión financiera es uno de los principales desafíos que enfrentan las zonas rurales de España, especialmente en la llamada “España vacía”, según término acuñado por el periodista y escritor Sergio del Molino en su libro así titulado, donde la falta de acceso a servicios bancarios básicos puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de la población local.
Conscientes de esta problemática, la banca española se ha propuesto acercar los servicios financieros a la totalidad de la población, y una de las iniciativas en marcha es la instalación de cajeros de “marca blanca” de Redsys en municipios de más de 500 habitantes.
Esta iniciativa fue anunciada en octubre pasado y es fruto de la colaboración entre la Asociación Española de Banca (AEB), la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y Redsys, el proveedor de infraestructura tecnológica para el sistema de pagos en España. El objetivo es instalar cajeros automáticos en municipios rurales que no cuentan con presencia física de entidades financieras, lo que permitirá a los habitantes de estas zonas acceder a servicios básicos como la retirada de efectivo o la consulta de saldo sin tener que desplazarse largas distancias.
Una de las particularidades de estos cajeros de “marca blanca” es que no estarán asociados a ninguna entidad financiera en particular, sino que serán una marca común que estará disponible para el uso de cualquier cliente, independientemente de la entidad a la que pertenezca. Esta es una solución innovadora que ya ha sido implementada en otros países europeos como Portugal, Finlandia, Países Bajos y Suecia, con resultados positivos.
El Banco de España, en su informe “Un repaso de las diversas iniciativas desplegadas a nivel nacional e internacional para hacer frente a los riesgos de exclusión financiera”, destaca que la implantación de redes de cajeros multimarca permite compartir los costos de instalación y mantenimiento entre varias entidades, lo que facilita la instalación de cajeros en zonas donde la rentabilidad no está garantizada para una sola entidad. Esto es especialmente relevante en zonas rurales con una baja densidad de población, donde la viabilidad económica de un cajero tradicional puede verse comprometida.
La presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán, ha destacado la importancia de la colaboración entre los diferentes agentes involucrados en este proyecto, incluyendo a los ayuntamientos, que pueden proporcionar el espacio y las conexiones necesarias para la instalación de los cajeros. Kindelán también ha llamado a la participación de otros sectores, como el de las telecomunicaciones y el de las empresas de seguridad que custodian el efectivo, para garantizar el éxito de esta iniciativa.
En los primeros tres meses de implementación del plan,se ha logrado que 79 municipios de los 243 con más de 500 habitantes tengan acceso físico a los servicios financieros, lo que significa que unas 70.000 personas han pasado a tener acceso al efectivo en estas zonas.
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