Situémonos en 1995 por unos instantes. Fue el año en que Red Hat lanzó su primera distribución de Linux para combatir a Windows en los escritorios de los usuarios con un modelo desconocido por el que muy pocos apostaban en ese momento, el código abierto. Se trataba de una distribución libre que venía en CD y con un completo manual de instrucciones para reemplazar el sistema operativo de Microsoft y que también se podía descargar de forma gratuita. Durante los siguientes años tuvo una escasa penetración en el mercado ya que, a pesar de ser una alternativa mucho más económica, no contaba con el apoyo de los grandes fabricantes de software y, por ende, prácticamente no existían aplicaciones ejecutables en Linux. Menos aún se podía considerar una alternativa viable a nivel empresarial.
Fue Paul Cormier, actual presidente y director ejecutivo de Red Hat la persona que impulsó, a partir de 2001, una versión de Red Hat Linux que fuera capaz de proporcionar soporte a nivel empresarial. Seguía siendo gratuita y bajo el modelo de código abierto, también a nivel corporativo, con la salvedad de que las organizaciones podían suscribirse a un servicio de soporte para asegurar actualizaciones, parches y la resolución de cualquier problema que surgiera. Comenzaba así el ascenso imparable de Red Hat.
La primera versión de Red Hat Enterprise Linux (RHEL) se lanzó en 2003 precisamente para reducir esa brecha, la de llegar al terreno empresarial. A partir de ese momento, Red Hat pasó de unos ingresos anuales de 50 millones de dólares a los más de 10.000 millones de dólares actuales.
Es cierto que RHEL sigue siendo el corazón de la compañía, pero para llegar a esos niveles de facturación se ha ido diversificando y adaptando a las tendencias, también marcándolas a través de su innovación junto con la comunidad Open Source.
El propio Cormier relataba hace unos días que “el modelo de código abierto es el único que genera colaboración a través de muchas comunidades globales”. Esa colaboración impacta directamente en la innovación y en la mejora de las soluciones.
Lo hacía en el marco de su congreso anual Red Hat Summit 2021, una edición marcada por un gran número de novedades más allá del popular sistema operativo que llegan para responder a las necesidades de un mundo cada vez más distribuido e híbrido y con la computación en el perímetro de las redes creciendo exponencialmente.
La plataforma de gestión de contenedores de Red Hat, OpenShift, está liderando la innovación del fabricante en estos momentos. En pocos años se ha convertido en la piedra angular de su estrategia porque soluciona todos los problemas de administración de máquinas virtuales y es capaz de automatizar y controlar un gran número de procesos, como las actualizaciones o el despliegue de contenedores sobre múltiples hospedadores: no importa que sea un datacenter privado, en la nube pública o en el perímetro de las redes, todo se puede orquestar de forma centralizada desde una única consola de gestión.
Y es que la arquitectura de Kubernetes modifica considerablemente el rol principal del CIO, que “se ha convertido en un operador cloud”, tal y como afirmaba Cormier. Según su visión, “cada CIO debe entender que puede controlar su destino en la nube, sea cual sea su modalidad”, lo que significa que debe tener la capacidad de mover y escalar cargas de trabajo eficientemente de un lugar a otro en función de las necesidades reales. Y Kubernetes es muy buena en este apartado.
Es aquí donde entra en juego Red Hat OpenShift Platform Plus, uno de los principales anuncios del Red Hat Summit 2021. Se trata de una nueva edición de la plataforma de Kubernetes que integra nuevos niveles de seguridad y gestión para acelerar el desarrollo y producción de las aplicaciones basadas en contenedores.
Esta oferta incluye en el mismo paquete de gestión de contenedores un mayor número de funcionalidades como:
En palabras de Ashesh Badanisenior, vicepresidente de Platformas Cloud en Red Hat, “Red Hat OpenShift Platform Plus amplía aún más las ya sólidas capacidades de OpenShift para proporcionar la mayor seguridad, supervisión y gobernanza que las organizaciones necesitan para construir, ejecutar y administrar aplicaciones de manera más segura y consistente a escala en la nube híbrida y el ciclo de vida de las aplicaciones modernas”.
Otro de los retos que se encuentran las organizaciones en este momento se sitúa en el perímetro de las redes. Si ya de por sí era complicado gestionar servicios bajo el modelo híbrido (nube pública y nube privada) y más aún bajo el modelo multicloud (hacer uso de múltiples proveedores en la nube), las empresas se enfrentan ahora al Edge Computing. Es el “más difícil todavía” de cualquier actuación estelar circense. Y los CIOs deben lidiar con ello sin morir en el intento.
Es en este punto donde retomamos RHEL, que llega en su versión 8.4 (también anunciada en el Red Hat Summit) con nuevas capacidades de despliegue y gestión de contenedores basados en Linux más adaptadas a los entornos Edge.
Y es que Red Hat Enterprise Linux 8.4 está considerada por el fabricante como el corazón de la iniciativa Red Hat Edge, cuyo objetivo es llevar la nube híbrida y abierta al perímetro de las redes.
En pocas palabras, la idea es adaptar los despliegues en la nube híbrida a las características concretas de la infraestructura en el perímetro de las redes: desde la industria de las Telecomunicaciones y el Transporte a los Vehículos conectados o cualquier otro tipo de dispositivo final. Son entornos muy variopintos, por lo que era necesario diseñar una alternativa que se adaptara a cada escenario de forma dinámica.
Lo que busca Red Hat con este lanzamiento es convertir el reto del Edge en una oportunidad para expandir los modelos de gestión de la nube híbrida al resto de espectros computacionales, también donde se encuentran los datos y los usuarios.
Muy relacionado con Red Hat Edge se encuentra el acuerdo alcanzado con la organización especializada en certificaciones y seguridad exida, a través del cual Red Hat se compromete a desarrollar una versión del sistema operativo basado en Linux para la industria del automóvil. Gracias a esta iniciativa, los integradores podrán entender mejor las características de seguridad y desarrollar la próxima generación de aplicaciones para vehículos conectados que aprovechen los ecosistemas de software de código abierto.
Bienvenido a un nuevo episodio del podcast semanal Silicon Pulse, un espacio en el que…
De los 942,1 millones de dólares que ingresó en el tercer trimestre, 900,3 millones corresponden…
“En 2024 se ha registrado un crecimiento exponencial en los ciberataques, con empresas de todo…
Durante su trimestre más reciente acumuló un total de 35.100 millones de dólares.
Durante su ejercicio fiscal 2024 mejoró un 9 % los ingresos totales subyacentes, por encima…
Ha estrenado oficinas en Zaragoza, está presente en el Parque Tecnológico Walqa y tiene previsto…