Red Hat: 30 años haciendo crecer el open source
Red Hat sopla este año 30 velas en su tarta de cumpleaños. La empresa contempla el futuro con optimismo, aunque consciente de la velocidad del cambio. La ciberseguridad y los avances ligados a la IA serán prioritarios en una hoja de ruta donde la defensa del open source seguirá marcando el norte.
La empresa que Bob Young y Marc Ewing fundaron en 1993 poco tiene que ver con la actual Red Hat. Aunque en sus 30 años de historia siempre ha habido un elemento innegociable: la defensa del software de código abierto.
En sus comienzos, la empresa comercializaba una distribución personalizada de Linux, llamada Red Hat Linux, que se distribuía en comercios minoristas como un producto de software empaquetado, compartiendo estantería con Microsoft Windows y otros softwares. De hecho, intentó competir como sistema operativo para PC frente al omnipresente Windows, pero el músculo de la empresa liderada en aquel entonces por Bill Gates destrozó cualquier alternativa basada en Linux.
Sin embargo, en 2001 se produjo un cambio que cambiaría definitivamente su rumbo. La compañía dejó de distribuir Red Hat Linux en cajas y presentó una edición empresarial que se vendía bajo suscripción: Red Hat Enterprise Linux. “Se convirtió en su producto estrella. Se trataba de una oferta para los centros de datos más exigentes del mundo”, afirma Julia Bernal, country manager de Red Hat para España y Portugal.
Esa década fue muy importante para el crecimiento de la empresa, que amplió su mercado a través de una serie de adquisiciones. En 2006, Red Hat compró JBoss, líder mundial en middleware de código abierto. “Con esta adquisición, Red Hat amplió de manera importante su oferta tecnológica y se introdujo en el ámbito del desarrollo, despliegue y gestión de aplicaciones empresariales de código abierto. La compra se produjo cuando el sector estaba dirigiéndose hacia la arquitectura orientada a servicios (SOA)”, detalla Bernal.
Dos años después, concretó su apuesta en la transformación del mercado de la virtualización con la adquisición de Qumranet, Inc., introduciendo en el mercado soluciones integrales de tecnología y gestión de la virtualización en todos los sistemas, desde los servidores a los escritorios, tanto en Linux como en Windows.
Y ya en 2010, la adquisición de Makara sirvió para acelerar el desarrollo de Red Hat OpenShift, que estuvo disponible de manera general en noviembre de 2012. “Supuso una revolución por su capacidad para que los clientes pudieran operar en cualquier entorno de la nube híbrida, incluidos sus centros de datos o cualquier nube pública”, resalta la country manager de la compañía en nuestro país.
Su estrategia de compras y alianzas continuó a lo largo de la siguiente década. En 2014, Red Hat y el Proyecto CentOS unieron fuerzas para construir un nuevo CentOS, capaz de impulsar el desarrollo y la adopción de tecnologías de código abierto de última generación, abriendo una época realmente fructífera. “Esta colaboración permitió acelerar el desarrollo de soluciones como Red Hat Enterprise Linux, Red Hat Enterprise Linux OpenStack Platform, Red Hat Cloud Infrastructure, Red Hat Enterprise Virtualization, Red Hat JBoss Middleware, OpenShift by Red Hat y Red Hat Storage”, desgrana Bernal.
Red Hat adquirió Ansible en 2015, con el fin de fortalecer su cartera de productos de gestión. “Esta compra proporcionó a Red Hat las capacidades de automatización para ayudar a sus clientes a reducir el coste de las operaciones y simplificar la gestión de aplicaciones nativas de la nube y tradicionales en entornos híbridos.
Un año después, cuando las API ya desempeñaban un papel importante a la hora de acelerar la innovación y el crecimiento empresarial, la compañía compró 3scale, con el objetivo de integrar de manera simplificada las API en la nube y en las arquitecturas basadas en microservicios.
Otro movimiento fue la compra de CoreOS, en 2018. Esto permitió que clientes pudieran crear una aplicación y desplegarla en cualquier entorno con la flexibilidad del código abierto. “Con esta compra, Red Hat buscaba acelerar aún más la adopción y el desarrollo de la plataforma de nube híbrida para cargas de trabajo de aplicaciones modernas”, precisa Bernal.
Nueva era de la mano de IBM
Todas estas operaciones convirtieron a Red Hat en el proveedor líder de soluciones open source, con una facturación de 3.400 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2019, finalizado el 28 de febrero. Apenas cuatro meses después, en julio de 2019, la compañía fue adquirida por IBM por 34.000 millones de dólares.
“La unión de fuerzas con IBM nos ha permitido escalar en el mercado y acelerar nuestro crecimiento, haciendo que nuestra tecnología empresarial abierta llegue a muchas más organizaciones. Antes de la adquisición, Red Hat era socio de IBM y sus clientes tenían acceso a nuestra tecnología de vanguardia basadas en código abierto, que son la piedra angular de la innovación en la nube híbrida, pero ahora ese acceso es más directo”, declara la country manager de Red Hat.
“Lo que ha hecho posible el éxito de esta operación es que hemos mantenido nuestro acuerdo de sumar sinergias y preservar nuestra independencia. Esta independencia nos ha permitido decidir en el desarrollo de la tecnología que ponemos en marcha, hacer las adquisiciones que creamos convenientes, diseñar nuestra propuesta tecnológica y mantener nuestra colaboración con todo nuestro ecosistema de partners, en el que también está IBM como proveedor de la nube, al igual que Microsoft Azure, AWS y Google Cloud”, añade.
La compra por parte de IBM no ha frenado la evolución de Red Hat, que en 2021 reforzó su enfoque de seguridad con la adquisición de StackRox, convertida en Advanced Cluster Manager para Kubernetes. “Con sus potentes funciones de seguridad nativa para Kubernetes ofrece una experiencia segura desde el desarrollo del código hasta la puesta en ejecución del mismo sobre OpenShift y sobre xKS, cubriendo las tecnologías de orquestación de contenedores de la nube híbrida”, especifica Bernal.
Código abierto, seguridad e IA
La defensa del código abierto ha sido la seña de identidad de Red Hat desde su origen. “Desde su nacimiento y a lo largo de estos 30 años, ha contribuido con la comunidad con el objetivo de garantizar que el código abierto siga liberando el potencial del mundo. Red Hat representa el éxito del código abierto. En los años noventa, cuando las principales empresas tecnológicas apostaban por las tecnologías propietarias, Red Hat decidió desarrollar tecnología de forma colaborativa y abierta, y pudo demostrar que se podía ganar dinero de esta manera, sin necesidad de guardar la fórmula secreta bajo siete llaves. En 2011 se convirtió en la primera empresa de este tipo en alcanzar ganancias de 1.000 millones de dólares”, declara la responsable de la compañía en España.
La ciberseguridad también ha sido una prioridad para la empresa. “Somos conscientes de que las necesidades de seguridad no son estáticas. Las reformas en la regulación, las exigencias de compliance y los ciberatacantes cambian casi a diario, lo que exige una vigilancia constante por parte de los equipos de seguridad. Por eso, para nosotros es esencial impulsar la innovación de la seguridad de los entornos de nube híbrida, en todo el ciclo de vida de la tecnología y las soluciones de software”, especifica.
Así pues, insiste en el cambio que se ha operado en el paradigma de la seguridad. “Hasta hace no mucho tiempo, la seguridad informática era un punto de control al final en el ciclo de desarrollo del software. Era lento. En cambio, hoy en día, las empresas buscan formas de crear programas de seguridad informática integrados para poder adaptarse más rápida y eficazmente a las amenazas a la seguridad. Se trata de una seguridad integrada”, detalla.
Red Hat está afrontando este desafío introduciendo un patrón de seguridad en la cadena de suministro de software. “En el Red Hat Summit hemos presentado Red Hat Trusted Software Supply Chain, una solución que mejora la resiliencia frente a las vulnerabilidades de la cadena de suministro de software”, anota Bernal.
Además, recuerda que la compañía ha reforzado su propuesta de seguridad en Kubernetes con Red Hat Advanced Cluster Security Cloud Service. “De esta manera, ofrecemos nuestra capacidad de seguridad no sólo para aquellos tiene Red Hat OpenShift, sino también para aquellos que tienen plataformas Kubernetes ajenas a Red Hat, como Amazon EKS, Google GKE y Microsoft AKS”.
Con la vista puesta en el futuro, Bernal reseña que “el principal desafío al que nos enfrentamos es la velocidad del cambio”. “Hoy en día, las innovaciones se producen cada vez a una mayor velocidad. Tenemos que estar preparados para poder sumarnos a este cambio sin tener que abandonar todo aquello en lo que estamos trabajando y que tanto nos ha costado construir. Como decía Matt Hicks en el Red Hat Summit: «necesitamos una innovación que nos haga avanzar sin borrar nuestro presente»”, apunta.
Y si miramos a ese futuro, que en realidad ya es presente, es imposible dejar de hablar de inteligencia artificial. “Debemos trabajar para que los nuestros desarrollos tecnológicos encajen a la perfección con lo que ya se está trabajando en las empresas”.
La compañía ha presentado en el Red Hat Summit de este año una propuesta completa para que las organizaciones puedan aprovechar la IA generativa en las operativas de TI haciendo uso de la tecnología de código abierto.
“Ansible Lightspeed, con IBM Watson Code Assistant, supone una experiencia centrada en IA generativa que ayuda a ahorrar tiempo y dinero a las organizaciones. Red Hat OpenShift AI proporciona una base estandarizada para que se pueda llevar a cabo un entrenamiento consistente de modelos de IA/ML en toda la nube híbrida. El porfolio centrado en la IA se desarrollará sobre Red Hat OpenShift Data Science para hacer que los modelos y aplicaciones de IA listos para la producción sean una realidad alcanzable para las empresas”, explica Bernal.
Asimismo, habla de Event-Driven Ansible, “que es la siguiente generación de la automatización”. “Se trata de una solución escalable y resiliente que facilita la automatización en toda la nube híbrida. Ayuda a mejorar la capacidad de recuperación del servicio e impulsa la consistencia en la respuesta a las solicitudes rutinarias de TI, liberando a los equipos para que impulsen el valor empresarial más allá del mantenimiento”, pormenoriza.