El almacenamiento de datos en situaciones de desastre solía ser un proceso relativamente simple: el personal técnico hacía una copia de seguridad de toda la información importante de la empresa en el disco duro de los servidores todas las noches o semanalmente; transfería la vieja información a cintas archivadas una vez a la semana o al mes y después se aseguraba de que Iron Mountain o algún servicio similar se encargase de los cartuchos y los guardase en un lugar seco y oscuro donde la información no tendría seguramente que ser vista de nuevo.
Sin embargo, las cosas han dejado de ser tan simples, y la recuperación de datos se ha convertido en algo muy importante. La planificación, instalación, despliegue y testeo de los sistemas de recuperación de desastres es ahora una obligación tanto para las grandes empresas como para las pymes. Desde que Internet empezó a convertirse en un gran punto de encuentro empresarial desde finales de los noventa, la recuperación de desastres se ha transformado en una parte fuertemente regularizada en las empresas, debido a los problemas legales y de fiabilidad que ocasionan.
Las empresas deben también ser capaces de mostrar a los auditores o a los jueces que tienen un sistema replicable y previsible para manejar estos datos (de los cuales, un gran porcentaje es información personal del cliente, como información sobre los contactos, números de Seguridad Social, historial de compra e información sobre tarjetas de crédito).
Los procesos de recuperación de desastres, por tanto, están ahora mucho más automatizados y orientados a la seguridad.
Lew Smith es jefe de producto de soluciones de virtualización para Interphase Systems de Plymouth Meeting. La compañía ayuda a las empresas en la planificación y la gestión de infraestructura y sistemas de virtualización, sistemas de recuperación de desastres y continuidad de negocio aprobados por el Gobierno.
“Katrina, el 11S, el tsunami de Tailandia… todos estos sucesos han influido para que nuestros clientes den más importancia a la necesidad de instalar un buen sistema de recuperación”, comenta Smith a eWEEK. “Porque ahora ya no se ve como un asunto de “si ocurriese un desastre… ”; los clientes se han dado cuenta de que tiene más que ver con “cuándo ocurre ese desastre””.
Por este motivo, las compañías invierten ahora más en software, hardware y servicios de recuperación de desastres. Uno de los sucesos que más ha propiciado la adopción de sistemas de planificación de desastres ha sido el de los ataques terroristas del 11S. “Me siento fatal por estas empresas que lo perdieron todo –explica Smith-. Pero ha sido una excelente lección para que aprendan, porque lo cierto es que no pueden sentirse del todo seguras a menos que tengan un sistema de recuperación replicable, reivindicable y notificable. Estos son los tres pilares que deben tenerse en cuenta”.
Los precios de los servidores y del hardware han bajado bastante y el rendimiento es mayor que hace siete años, cuando se produjeron los ataques. La automatización de los procesos críticos se ha hecho casi omnipresente en el sector de recuperación de desastres, lo que hace que estos sistemas sean más fáciles de instalar y desplegar.
“Los precios del hardware ya no son como antes. ¿Que si han bajado un poco? Sí. ¿Qué si han incrementado su potencia? Desde luego”, dice Smith. “Pero si miras la tecnología que subyace a toda esa potencia –sobre todo la virtualización-, verás que es el mayor desarrollo tecnológico que se ha producido en los últimos diez o quince años dentro del sector de la recuperación de desastres”.
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