La atención al cliente entre las compañías de telecomunicaciones, con una mención especial para las operadoras de telefonía, es uno de los puntos flacos que recibe mayor número de críticas por parte de los usuarios. La indignación en algunos casos sobrepasa la propia capacidad de los órganos competentes para tomar cartas en el asunto.
Según informa hoy Europa Press, las Juntas Arbitrales de Consumo se encuentran saturadas ante la avalancha de reclamaciones contra los servicios de atención al cliente del sector. La situación ha obligado incluso a constituir colegios especializados en telecomunicaciones para canalizar de manera conjunta todas las solicitudes relacionadas con la industria.
Según el Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU), las Administraciones deberían asumir competencias para establecer una política de control y sanción ante los “reiterados” incumplimientos de las compañías en cuestión. Por otra parte, también considera fundamental la capacidad de aplicar medidas que den soluciones rápidas a las reclamaciones de los clientes, en su mayoría de pequeña cuantía y relacionadas a menudo con los trámites burocráticos que imponen determinadas empresas.
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