Preocupados porque los ordenadores, televisiones y otros aparatos electrónicos viejos de los consumidores estadounidense acabaran en vertederos en China, África y otras partes del mundo, surgió la iniciativa Citizen Green, una compañía de San Francisco que recolecta y da una nueva vida a los aparatos electrónicos usados, haciendo el seguimiento para asegurar su reciclaje de nuevo en materias primas, arreglarlos, modernizarlos y revenderlos.
La llegada de la Navidad con los regalos supone una nueva cosecha de residuos electrónicos para el ciudadano con la adquisición de nuevos gadgets y dispositivos, que tarde o temprano terminarán formando parte de los 2,4 millones de toneladas de desechos que se producen cada año en EE.UU, según la Agencia de Protección Ambiental del país.
James Kao, CEO de Citizen Green, prevé que su compañía verá un aumento de un 30% de los residuos de noviembre a febrero. Por su parte, Barbara Kyle, coordinadora nacional de la Coalición Electronics TakeBack, un grupo en pro del reciclaje, incide en que “el período de vacaciones es el momento álgido para las compras de electrónica, lo que sin duda da lugar a más basura de estos productos”.
La gestión en-to-end de Citizen Green, la cercanía tanto al donante como al recolector de los productos y la alianza sólo con empresas de reciclaje certificadas que puedan probar que el material no se envía al extranjero o se depositada en vertederos, asegura que los residuos no terminan en la basura. Entre los elementos más recogidos por la compañía en sus almacenes destacan ordenadores, televisiones, impresoras o teléfonos junto a productos peculiares como un aparato viejo de seguridad de rayos X procedente de un consulado en San Francisco. Los diferentes componentes se ordenan en sus contenedores para ser separados en plástico, placas de circuitos, vidrio y otros materiales de base.
Aunque hay ejemplos de compañías, como Apple, que anima a los consumidores a reciclar sus viejos iPods, iPhones, ordenadores y otros productos ofreciendo créditos de descuento en las tiendas, Citizen Green demuestra que nuestra cultura no está a la altura de las circunstancias, basada en un consumo masivo que estimula a la población a buscar la última y mejor tecnología. “Alrededor del 80% de los residuos de productos electrónicos de EE.UU. termina en contenedores abandonados en los países subdesarrollados, donde las empresas contratan trabajadores para extraer los minerales básicos sin ningún tipo de supervisión del medio ambiente o seguridad para sí mismos”, concluye James Kao. Necesitamos concienciarnos y actuar.
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