De hecho, existe hasta un pequeño manual de estilo a la hora de redactar las preguntas: hay que despersonalizar la pregunta todo lo que sea posible (nada de primeras o segundas personas), y hay que intentar que sea “reutilizable”, evitando referencias temporales como “ayer” o “hace un mes” que harán que la pregunta deje de tener sentido con el paso del tiempo. Por último, el requisito más polémico: hay que escribir en inglés.
La crítica principal: el anglocentrismo
Quora lo deja muy claro al usuario que realiza una pregunta: “utiliza el inglés”. Y expone sus razones alegando que, de momento, es el lenguaje utilizado por la mayor parte de los usuarios, que no entenderán las preguntas o las respuestas en otros idiomas. Además, ofrece otros motivos de tipo más práctico, como que la categorización de las preguntas se complicaría (¿deben ir los temas en inglés? ¿en todos los idiomas?) o que sería mucho más difícil controlar la calidad de los contenidos, ya que tan solo tienen moderadores de habla inglesa.
Este punto, por supuesto, ha sido el más criticado por la comunidad de usuarios no angloparlantes, en especial por la de hispanohablantes, que expresan su desazón con preguntas en castellano dentro del sitio que son borradas a las pocas horas por los moderadores de la red. No obstante, desde Quora dejan también claro que esto solo será así al principio, y que conforme vayan creciendo irán aumentando los idiomas permitidos.
¿Tiembla, Google? Tiembla, Wikipedia
Porque sí, confían en seguir creciendo a un ritmo rápido y constante. Cuando Quora se lanzó hace más de seis meses, muchos quisieron ver en el nuevo servicio a un Google-killer, basándose en el hecho de que todos los humanos tienen preguntas cuyas respuestas les gustaría encontrar en un determinado lugar. Además, teniendo en cuenta que muchos usuarios realizan búsquedas en Google haciendo preguntas enteras, era sencillo imaginar un futuro en el que la página de inicio fuese Quora en vez de Google.
¿Es esto así? ¿Debería Google estar temblando -o llamando a Quora para comprarlos-? La respuesta es no. El servicio ofrecido por Quora tiene más que ver con la Wikipedia que con Google: ofrece la información directamente, no enlaces a páginas web; y debería por lo tanto ser la enciclopedia online la que tuviese miedo. Sin embargo, posiblemente en Wikipedia tampoco estén temblando todavía.
Hará falta tiempo para saber si Quora sobrevive y mantiene el interés, y si convierte en realidad su ambicioso objetivo de tener las respuestas a todas las preguntas. De momento, se trata de un nuevo habitante en el mundo de las redes sociales que ahora mismo vive un boom debido a la verticalidad de su curva de aprendizaje (los usuarios pasan del “¿para qué sirve esto?” a la adicción en pocos minutos, en un proceso similar al de Twitter pero acelerado), y a la rapidez con la que uno puede sentirse parte del juego: una pregunta bien formulada y categorizada puede obtener una respuesta en tan solo unos minutos.
El firmante de la respuesta, además, puede ser Daniel Ek o Dustin Moskovitz o cualquier otra fuente fiable, lo que sin duda juega a favor de la red. Cuando Steve Jobs cambie sus escuetas contestaciones a emails por respuestas en Quora (enviadas desde su iPhone), se sabrá que el sitio web ha sido todo un éxito.
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