Esta semana estuvo llena de sorpresas para los inversores de Nokia, con noticias que les hacían contener la respiración y les provocaban taquicardias durante unas horas, hasta que eran desmentidas por los implicados. Todas tenían un punto en común: posibles compradores interesados en hacerse con la compañía finlandesa. Primero se habló de Huawei, con un ejecutivo de la firma china asegurando que lo estaban considerando y que esencialmente dependía de Nokia (desmentido por la compañía horas después). Después se supo que Microsoft también lo había pensado y descartado. Y Nokia sigue libre, ¿por cuánto tiempo?
¿Por qué alguien como Huawei querría hacerse con Nokia? ¿Un fabricante de smartphones líder quiere comprar una compañía que lo está pasando tan mal como Nokia? Hay dos razones principales que hacen interesantes a los finlandeses: el mercado de los smartphones es grande, pero todavía suponen solo la mitad de los teléfonos móviles que se venden en el mundo. Y el porcentaje crece, pero con calma, ya que si bien los teléfonos inteligentes son cada vez más baratos, los básicos cuestan a su vez todavía menos dinero. Y el mercado de los teléfonos básicos es todavía de Nokia: son el segundo fabricante mundial de terminales móviles, solo por detrás de Samsung.
La otra razón que hace interesante a Nokia para Huawei, relacionada con la primera, es su buena visión para entrar en los mercados emergentes con smartphones low-cost. Nokia es todavía muy popular en India, y están sabiendo mantener esa posición gracias a su línea de Asha (teléfonos básicos que funcionan como smartphones). Siguiendo lo hecho en India, Huawei y Nokia podrían unir fuerzas para convertirse en líderes en otros mercados emergentes.
El dilema de Microsoft
La noticia de Huawei tenía explicación, pero en un principio sorprendió a todos. Lo de Microsoft, no obstante, se ha estado comentando durante muchos meses y es un rumor que vuelve de vez en cuando. La última información apunta a que esas conversaciones de compra existieron, pero que Redmond finalmente se echó para atrás porque Nokia era demasiado cara y su cuota de mercado demasiado pequeña. Pero esta adquisición tiene mucho más sentido a primera vista.
Microsoft necesita a Nokia. La compañía finlandesa es el único gran fabricante que solo tiene smartphones con Windows Phone, y además fabrican el 79% de los teléfonos con esta plataforma móvil. Microsoft no tiene por qué comprar a Nokia, el acuerdo que tienen ahora con ellos es suficiente, pero dejar a Nokia libre tiene un peligro: que sea otra compañía la que la compre. Si Huawei se hiciese con Nokia, a Microsoft se le acabaría el chollo, especialmente teniendo en cuenta que los chinos ya han dicho que Windows Phone no les convence. Los finlandeses empezarían a fabricar teléfonos Android.
Microsoft, además, sigue flirteando con la idea de fabricar su propio hardware, como ya hizo con Surface. Comprar Nokia sería el camino más rápido para esto. Pero esta adquisición, a pesar de todos sus pros, tendría un gran inconveniente: lo que necesita Redmond es que otros fabricantes adopten Windows Phone, algo que sería más complicado si ellos mismos fabrican smartphones. El caso de Google y Motorola no es el mismo: cuando los de Mountain View se hicieron con Motorola Mobility, Android ya era la plataforma dominante. Los fabricantes no se arriesgaron a dejarla de lado.
¿Acabará Nokia el verano con un nuevo propietario o seguirá aguantando ella sola el vendaval?
Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.
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