¿Qué efectos tienen realmente los juegos violentos?
El debate entre el efecto que los juegos violentos tienen entre los jugadores sigue abierto.
Es difícil encontrar una respuesta clara en el debate entre los fabricantes de videojuegos y los que reclaman que la diversión electrónica está destruyendo a toda una generación. Por un lado se afirma que no hay evidencias de que los juegos tengan ningún efecto psicológico en la gente que juega con ellos; por otro, se afirma que la relación entre el juego y la agresión es tan fuerte como entre el tabaco y el cáncer.
Y lo cierto es que la duda continuará sin resolverse a tenor por un artículo publicado en cnn.com, sobre un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 2001 que señalaba que “aunque la violencia de los medios tuvo un pequeño efecto en las agresiones físicas y un moderado impacto en los pensamientos agresivos”, concluye que “el impacto de los videojuegos en las conductas violentas está por determinar”.
Otro estudio llevado a cabo por el Departamento de Salud del Estado de Washington en el año 2000 señalaba que “la evidencia de las investigaciones no apoya los temores de que los vídeojuegos violentos generen violencia en el mundo real”. Y esto no queda aquí porque otro informe de 2000 de la revista Applied Developmental Psychology afirmó lo mismo que los otros dos estudios anteriores.
Sin embargo, los que piden el fin de los vídeojuegos violentos cuentan con sus propias fuentes. Un informe de 2000 procedente de seis organizaciones de salud incluidas las asociaciones médicas, de pediatría y de psiquiatría, señaló que estudios preliminares sobre los efectos de los vídeojuegos violentos “indican que su impacto negativo podría ser mucho más severo que la violencia procedente de la televisión, películas o música”.
Así las cosas, al final todo queda en manos de los padres , que deberían dejarse guiar por los límites de edades que aparecen en los videojuegos, por lo menos hasta que los niños maduran lo suficiente como para distinguir realidad y ficción.