Empresas y centros de investigación de Francia y Alemania presentarán en enero el motor de búsqueda Quaero, un proyecto anunciado en abril por Jacques Chirac con el que ambos países insisten en la idea de que si quiere sobrevivir, la cultura que no proviene de países anglosajones debe dejar de depender tecnológicamente de EE UU.
El proyecto Quaero -palabra que quiere decir “buscar” en latín- fue anunciado por el presidente francés, Jacques Chirac, durante un Consejo de ministros franco-alemán que se celebró en Reims (noreste de Francia) en el mes de abril. Por eso no es de extrañar que la iniciativa esté impulsada principalmente por Francia y Alemania. De estos países provienen buena parte de las empresas y centros educativos que se han implicado en el desarrollo del buscador, como France Telecom, Deutsche Telekom, INRIA, INA, Thomson, o la Universidad de Karlsruhe.
También participan en la iniciativa varios institutos de búsqueda y proveedores de contenidos, que contribuirán a conseguir el objetivo declarado del proyecto: reunir las tecnologías necesarias para crear un motor de búsqueda que permita localizar documentos en formato fotográfico, vídeo, audio y texto. Para lograrlo, el buscador utilizará técnicas avanzadas de trascripción, indexación y traducción automática de documentos audiovisuales plurilingües.
Serge Travert, que lidera el proyecto en Thompson, explicaba en octubre a “The Telegraph” que el buscador no será desarrollado desde cero, sino que para ponerlo en marcha se utilizará “ciencia y tecnología que ya existen tanto en Francia como en Alemania”. El diario británico afirma que el proyecto no cuenta aún formalmente con un presupuesto, pero que será financiado de forma conjunta por las empresas que participan en él y por los gobiernos europeos.
Parece claro que este proyecto, como el de crear una biblioteca digital europea que compita con “Google Print”, está encaminado a restar influencia a los contenidos estadounidenses o anglosajones, a los que los buscadores de empresas de EE UU darían más relevancia en sus resultados que a los de la Europa continental.
“Estamos inmersos en una competición global por la supremacía tecnológica. En Francia, en Europa, lo que está en juego es nuestro poder”, dijo en abril Chirac cuando anunció que se uniría a Alemania para crear Quaero. “La Cultura no es una mercancía, no puede dejarse a las ciegas fuerzas del mercado. Debemos defender con fuerza la diversidad mundial de culturas ante la amenaza de la uniformidad”, afirmó el presidente francés en otra intervención de este año.
Europa no es la única preocupada por cómo la hegemonía estadounidense en el marco de los buscadores de Internet puede afectar a su cultura. Japón ha anunciado un proyecto para desarrollar un motor de búsqueda nacional que será apoyado por empresas como Fujitsu, Nec y Matsushita y que pretende hacer sombra a Google, aunque también a Yahoo y a MSN, el buscador de Microsoft.
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