Qimonda no tiene quien le quiera
Qimonda, la fabricante de chips en concurso de acreedores que mantiene en vilo a la economía portuguesa, no tiene aún un comprador estable.
El candidato con más posibilidades, un consorcio luso alemán, podría acabar siendo una desilusión para las intenciones de venta de la compañía.
Apasolar, una de las firmas miembro del consorcio, ya ha reconocido que no tiene el capital suficiente para hacerse con el control de la división portuguesa de la compañía.
“Sólo en conjunto con otras empresas y, sobre todo, con abultadas ayudas del Estado portugués, la empresa podría pensar en comprar Qimonta, porque por si misma Apasolar no tiene capital para avanzar en una operación de este calibre”, reconoce el gerente y accionista de la firma, Bernhard Heming, en declaraciones que recoge RTP.
A pesar de estas declaraciones tan poco optimistas, el empresario luso, Paulo Tomás, representante del consorcio en el que se encontraría ligada Apasolar, ha recordado que sigue existiendo un interés del grupo en hacerse con Qimonda: “el proyecto tiene credibilidad”, afirmó a Agência Financiera, al tiempo que apuntó que su oferta está en busca de financiación.
Creible o no, y a pesar de que Tomás ha apuntado que ha solicitado un encuentro con el ministro de Economía, Manuel Pinho, muy implicado en el proceso (Qimonda es el principal exportador del país), sólo ha confirmado que Qimonda está estableciendo contactos con inversores europeos y de fuera del continente. Según Radio Renasença, aún así, Pinho ha señalado que no hay, entre los candidatos, ningún inversor germano.