Lutz Otte, un empleado alemán del Grupo Julius Baer que trabajaba en el Grupo suizo Juluis Baer, ha sido declarado culpable de haber extraído los datos personales de 2.700 clientes de los sistemas informáticos del banco.
Según parece, Otte llevó a cabo esas filtraciones a finales de 2011 durante un período de 2 meses, y ahora ha recibido una sentencia suspendida de tres años de cárcel.
Entre los datos robados por el ejecutivo se encuentran nombres y direcciones de clientes, así como las cantidades que estos tenían guardadas en las entidades del Grupo Julius Baer, informan en el WSJ.
Un inspector alemán de hacienda jubilado que trabajaba para el gobierno germano ofreció a Otte 1,1 millones de euros si le enviaba información sobre cuentas sin declarar.
La polémica por la evasión de impuestos en Suiza viene ya de largo, y en 2011 las autoridades de hacienda alemanas llegaron a un acuerdo con el Grupo Julius Baer, por el que este pagaba 50 millones de dólares para zanjar un caso abierto en los tribunales alemanes.
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