Alguien, sin duda con envidia de la función para dorar chorizos y chuletas de cordero de la barbacoa PlayStation 3, ha decidido convertir su PlayStation 2 en una tostadora. No sé si tuesta pan de verdad, si se tostará como la PS3 o si los CD saldrán con mensaje y habrá que untarlos de mantequilla para que funcionen. Lo único que sé es que quiero las instrucciones para hacerlo ya. Y una margarita, que por fin es viernes.