El curioso proyecto de NBBJ pretende revolucionar completamente la línea circular de Londres a base de eliminar los vagones y los raíles y en su lugar se instalaría una interminable cinta móvil peatonal dotada de cuatro secciones.
La primera sería la más próxima al andén y se desplazaría a la menor velocidad, unos 10 km/h. Sería la cinta que permitiría subir y bajar a esta enorme calle rodante sin que se detuviera. Al igual que las cintas transportadoras peatonales horizontales que encontramos en los aeropuertos o en los túneles que enlazan estaciones de metro, no sería complicado “subirse” a dicha cinta por su baja velocidad aunque en lugar de discurrir en el mismo sentido de nuestra marcha sería transversal y probablemente necesitaría del mismo corto período de adaptación por parte de los usuarios que tuvo lugar cuando hicieron su aparición las escaleras mecánicas.
De igual forma, al ser su velocidad la menor sería también la que permitiría a los pasajeros “bajarse” a los andenes con el mismo período de adaptación para pasar de esa velocidad de la “acera móvil” al suelo estático de las estaciones.
Adyacente a esa línea habría otra que circularía algo más rápido, a 18 km/h y por último en el extremo contrario de los andenes quedaría la sección más veloz, que discurriría a unos 23 km/h y que contaría con asientos situados trasversalmente a la marcha.
Este último “carril” sería el indicado para quienes tienen que hacer un recorrido de mayor distancia dentro de la línea circular y por tanto requieren de una mayor velocidad y dado que el tiempo hasta llegar a su destino puede ser mayor necesitarían también de un asiento.
Un sistema como este presenta diversas ventajas. Para comenzar, nunca habría que esperar la llegada de un vagón. Bastaría con llegar a la estación, bajar al andén y situarse sobre la cinta móvil.
En función de nuestro destino y/o nuestra prisa nos colocaríamos en una de las tres secciones cuya velocidad mejor se adapte a nuestras necesidades y también por este motivo y como sucede en las escaleras mecánicas con la costumbre de situarse a la derecha si no se lleva demasiada prisa, podrá elegirse entre quedarse de pie en la propia cinta móvil o bien continuar caminando sobre ella para adelantar aún más nuestra llegada.
Al mismo tiempo se eliminaría parte de los problemas de acumulaciones en las horas punta por la inexistencia de períodos de espera entre la llegada de vagones dado que toda la línea circular sería un vagón continuo.
Actualmente la línea circular de Londres tiene una longitud de 25 kms así que imaginemos un gigantesco vagón de 25 kms de longitud que no interrumpe su marcha para detenerse en las estaciones a dejar y recoger pasajeros sino que estos abandonan y acceden en marcha. Al no existir separación física entre vagones si el segmento de la cinta al que subimos está muy concurrido siempre podemos continuar avanzando hasta encontrar uno más despejado.
La implantación de un sistema como este tendría también algunos inconvenientes que solucionar (por no hablar de la torpeza que probablemente demostrarían los turistas poco acostumbrados a estas singulares cintas transportadoras horizontales) pero a la vista de los beneficios parece digno de las autoridades del transporte metropolitano se lo planteen.
vINQulo
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