El proyecto se basa en la puesta en el espacio de billones de pequeños satélites en una órbita alrededor del sol llamada L-1. Esas naves son en realidad muy especiales, ya que actúan como “sombrillas espaciales”, aliviando el impacto de las radiaciones solares sobre la atmósfera terrestre y evitando – al menos, en parte – los efectos del calentamiento global.
Aunque originalmente se había pensado en grandes estructuras, Angel rediseñó la idea y convirtió esa teórica súpersombrilla en un millón de pequeños elementos que al estar en órbita formarían una especie de nube artificial. La estructura de estas minisombrillas está pensada para reflejar el 10% de los rayos del sol fuera del planeta Tierra.
El coste del proyecto, astronómico, y nunca mejor dicho: 2,5 billones de dólares. Según sus previsiones, habría que invertir unos 100.000 millones de dólares al año.
vINQulos
Noticia original en Engadget
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