Cómo protegerse contra los ciberataques durante las vacaciones
Cuando nos vamos de viaje debemos reforzar la seguridad de nuestros dispositivos móviles ante posibles ciberataques.
El cibercrimen no descansa… ni siquiera durante el verano. Estos días muchos aprovechamos para escaparnos de nuestra ciudad, bien sea acompañados de pareja, amigos y familia, o solos, pero siempre con nuestras tabletas o smartphones. Y precisamente con estos últimos conviene prestar una serie de precauciones extra para no ser víctimas de ciberestafas.
La primera, cómo no, es no conectarse a cualquier WIFI abierta. Aprovechamos las redes abiertas gratis, pero no siempre son seguras. Como explica Eddy Willems, experto en ciberseguridad de la empresa de seguridad alemana G DATA, “estas redes inalámbricas no suelen estar convenientemente protegidas y es muy sencillo para un cibercriminal no experimentado espiar el contenido de todo lo que circula a través de ellas”. Por esto hay que poner especial cuidado en no hacer compras online o transacciones bancarias cuando usamos una red pública y evitar dar nuestros datos personales y contraseñas.
Desde G Data apuntan otros consejos para evitar ciberataques estas vacaciones. Antes del viaje, se debe instalar un software de seguridad, además de actualizar los equipos, tanto el sistema y programas como las apps, ya que muchos tienen parches en sus versiones más recientes. También es conveniente activar la protección antirrobo e incorporar un cifrado a la información más sensible. Y un clásico: hacer copias de seguridad de lo más importante.
Desde el momento en que se ha comenzado el viaje, es conveniente deshabilitar conexiones Bluetooth, WIFI o GPS cuando no las estemos usando (¡con lo que además ahorraremos batería!). También debemos recordar cerrar sesión cada vez que nos hayamos logueado, sobre todo si se está usando equipos compartidos. Por último, una de manual: no dejar nuestros dispositivos solos o de cualquier manera. Y usar siempre contraseñas para bloquear el móvil o tablet. Así, si tenemos la mala suerte de que nos lo roben, al menos no se lo pondremos fácil.