Las nuevas tecnologías no solo se centran en la forma en la que se utilizan, se crean y se analizan los datos. Hay una pieza fundamental en este ciclo de vida: el almacenamiento.
Como ha ocurrido con otros segmentos de TI, el almacenamiento también ha sufrido la incursión de las nuevas tendencias nacidas como respuesta al tsunami de datos que ha generado la que es para muchos, la Era del Dato. Por otro lado, las tecnologías como 4K o la explosión de IoT obligan a aumentar las capacidades de almacenamiento.
Nadie duda de la gran importancia de esta pieza de la industria de TI, pero ¿cuáles serán las principales tendencias en el año venidero?
Poco a poco se irán sustituyendo los sistemas de almacenamiento tradicionales basados en HDDs y no sólo para aplicaciones críticas como SQL o bases de datos SAP. Según Gartner, el 20% de los discos de almacenamiento se irán reemplazando por discos dedicados de estado sólido hasta 2019.
Pero el futuro tiene que ver más con el all-flash que con los modelos híbridos que integran SSDs y HDDs. Sus beneficios en cuanto a rendimiento, velocidad y eficiencia de coste –más caro en relación a euros por gigabytes pero más eficientes en relación a euros por operaciones por segundo- son atractivos para las compañías que buscan una solución fiable y de calidad.
El almacenamiento como servicio que ofrecen empresas como Box, DropBox, Drive, Google o Amazon, evolucionará y se profesionalizará. La razón es simple: es una arena enormemente competitiva en la que la competencia es feroz. Prueba de ello es por ejemplo la incursión de Duracell en este negocio.
No sólo ganará el más fuerte; quien ofrezca un valor añadido será definitivamente el vencedor. Este valor añadido puede incluir herramientas para compartir y gestionar archivos en grupo, soluciones de seguridad y cifrado integradas y por supuesto tarifas atractivas.
La hiperconvergencia del centro de datos combina el hipervisor, la red y el almacenamiento en un solo equipo ideal para entornos virtualizados. Esta arquitectura aporta simplicidad y ofrece una alta disponibilidad y escalabilidad.
Las compañías de almacenamiento (como EMC y NetApp) ya ofrecen soluciones completas de infraestructura con la combinación de almacenamiento, computación, redes y software, gracias a acuerdos con terceros. En el caso concreto de EMC, su adquisición por parte de Dell le sitúa en una poderosa situación. Habrá que prestar especial atención a los movimientos de los competidores en esta arena.
Sin duda otra de las tendencias ganadoras de 2016. El mercado de SDS se está beneficiando de la creciente demanda de las empresas de controlar los costes utilizando un hardware comoditizado a la hora de construir sus sistemas de almacenamiento. Las iniciativas Open Source (con OpenStack como buque insignia) tirarán de esta tendencia.
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