Cada día son más los correos que esperan a los internautas en su bandeja de entrada. Las empresas, por ejemplo, ya han empezado a sentir los efectos que tiene en cuestiones como el rendimiento de sus empleados el uso y abuso de correo electrónico.
El desplifarro en tiempo a la hora de chequear el correo es muy elevado. Y si hay un día sin coches, un día sin televisión y un día sin tantas cosas para protestar por los usos y abusos del sistema, ¿por qué no habría un día sin mail para protestar sobre la corrupción de este sistema de comunicacion?
El 27 de noviembre, hoy, es el Día sin Email, en el que está prohibido el envío o lectura de cualquier correo electrónico para aquellos que decidan unirse a él. Por ahora, sólo Bélgica celebra esta peculiar jornada, que vive hoy su segunda edición.
“El bienestar psicológico sufre también el tráfico de correos: la dictadura del email es cada vez más a menudo considerada como una causa de estrés desmesurado, de burn-out y de cosas más graves incluso”, explica uno de los promotores de la jornada a la prensa local.
Durante una jornada, se da vacaciones a Outlook, a Gmail y a similares. ¿Pobres ludistas luchando contra la revolución imparable o precursores de un nuevo movimiento de protesta? Tiempo al tiempo.
Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.
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