A Samsung, la comercialización de su nuevo smartphone le está causando verdaderos quebraderos de cabeza.
Tras reconocer los problemas de batería del modelo original de Galaxy Note7, que le obligaron a suspender las ventas y anunciar un programa de reemplazo de los primeros terminales, ahora comienzan a surgir noticias de que el segundo modelo también corre el riesgo de sobrecalentamiento o explosión.
Y esto podría obligar a Samsung a tomar medidas de nuevo, si se descubre que los terminales con los que se estaba compensando a los compradores tampoco son seguros.
La empresa podría verse condenada a “una segunda retirada cara que haga mella en su reputación”, tal y como advierte Mark Johnson, profesor asociado de Dirección de Operaciones en la Warwick Business School, que en el pasado ha llevado a cabo investigaciones sobre otras retiradas de productos.
“Acometer una segunda retirada será costoso y puede terminar con el gigante de la electrónica cancelando el teléfono”, según Johnson.
“Samsung probablemente está pagando el precio de intentar llevar rápidamente el Note 7 al mercado antes de que el iPhone 7 fuese lanzado”, dice este experto. “Por lo tanto, muchos de los retos que son resueltos en extensas pruebas de producto pueden no haber sido encontradas” a tiempo en el Galaxy Note 7. Esto explicaría la situación actual.
Para Mark Johnson, “el último de una larga serie de incidentes que afectan al Samsung Note 7 indica que puede haber mucho más en falta en el teléfono que simplemente las baterías defectuosas de un proveedor”.
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