Primeras revisiones del iPad Pro: excelente tablet pero aún no sustituye al portátil

La habitual publicidad grandilocuente de Apple en esta ocasión (como en otras, todo hay que decirlo) no está equivocada. Pueden vanagloriarse de hablar de “el mejor iPad de la historia” o incluso venirse arriba y hablar de “el mejor tablet de la historia” y son pocos lo analistas que ya lo han examinado con más o menos detalle que puedan discutir la afirmación. Pero el iPad Pro no es (aún) el sustituto del ordenador portátil.

Esto entraría en contradicción con la eufórica afirmación de Tim Cook que recientemente proclamaba que cuando la gente probase el iPad Pro ya nunca querría volver a tener un portátil, y a cambio podría suponer una importante bolsa de oxígeno a Microsoft y otras marcas que han apostado por ofrecer, como con Surface, un dispositivo híbrido que aúna el formato tablet con la potencia interior de un portátil. Y es que recordemos que iPad Pro funciona sobre iOS (con toda la potencia que se quiera, pero no deja de ser un sistema operativo para dispositivos móviles) mientras que Surface funciona sobre el mismo Windows 10 que un ordenador portátil o de sobremesa. Con todo lo que ello significa.

Aquí cabe romper, a pesar de todo, una lanza a favor de la plataforma iOS: el cambio de paradigma que supuso en el momento de su aparición la tienda de aplicaciones permite un ecosistema prácticamente inabarcable en el que no solo hay una app para cualquier cosa que necesitemos sino que en el peor de los casos tendremos que elegir entre varias distintas apps de distintos desarrolladores con el mismo objetivo.

Muchos alaban las ventajas estructurales de las apps sobre el software tradicional para equipos de sobremesa o escritorio: fácil instalación, precios reducidos y de gestión sencilla, funcionamiento aislado de otras aplicaciones por lo que no se afecta a los datos ajenos, actualización automática en segundo plano de las apps lo que mejora la seguridad y tranquiliza al usuario que sabe que siempre tendrá al día la aplicación… son diversos motivos por los que no es aún descartable el uso de la plataforma iOS para un dispositivo eminentemente orientado al usuario profesional.

A cambio está también claro que las apps presentan habitualmente limitaciones (tanto en potencia como en funciones) con respecto a sus contrapartidas para ordenador, aunque hay que valorar los casos de manera individual puesto que habrá quien pueda prescindir de la función que no incluye la app, habrá alguna otra app que pueda suplirla o en caso contrario queda descartado completamente un dispositivo como el iPad Pro si es absolutamente imprescindible determinada solución que sólo la plataforma PC puede ofrecer… con lo que la alternativa del Microsoft Surface Pro va a ser la elección idónea.

iPad Pro

Hay quien lo resume diciendo que el Surface Pro 4 es un portátil encerrado en un tablet mientras que el iPad Pro no es más que un iPad más grande, lo que no deja de ser un iPhone MUCHO más grande.

Quizá la mayor baza para el iPad Pro sea, más allá de las necesidades concretas que apps concretas sean incapaces de satisfacer, la gran evolución de la App Store que ha permitido un enorme, variado y muy sólido ecosistema en el que apoyarse para llevar a cabo la tarea que se requiera. En ese campo le lleva años de ventaja a la muy discreta Windows Store de Microsoft, con sangrantes carencias de populares aplicaciones, algo en lo que tendrán que trabajar muy duro en Redmond para estar a la altura y convertir a Surface Pro en el sustituto del portátil.

vINQulo

Business Insider