Empresas como Lending Club, Prosper y Loanio ponen en contacto a prestadores con prestatarios que necesitan efectivo y son incapaces de conseguirlo por otros medios.
Mediante estos acuerdos (del que desconocemos su garantía jurídica), los necesitados de préstamos obtienen capital dicen a precios medios inferiores a los que otorgan bancos o tarjetas de crédito, mientras que los prestamistas reciben un tipo de interés mayor que el tradicional:
“Ésta es una forma de que los prestatarios obtengan el capital que necesitan y de mantener nuestra economía en funcionamiento, pero también para proporcionarle al inversor una oportunidad de trabajar en algo en lo que se sientan mucho más cómodos que en la bolsa”, dice un analista que aconseja a sus clientes invertir en los préstamos entre particulares.
Será, claro está, mientras se devuelva capital e intereses y no pase como con las hipotecas basura…
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