Desde el primer día, Ripple afirmó que la demanda de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos, o SEC, contra la empresa (y contra su CEO y presidente) no tenía fundamento y que era otro intento más de regular a través de la intimidación y el control. El pasado 13 de julio, el tribunal dio un fallo histórico, no solo para Ripple, sino para toda la industria de las criptomonedas de EE. UU.
Este caso siempre se giró en torno a una única cuestión: si XRP, un token criptográfico, podría considerarse un contrato de inversión y, por lo tanto, un valor bajo la ley. El Tribunal sentenció inequívocamente que XRP, como token digital, no es en sí mismo un valor. El fallo de la semana pasada deja en claro que la teoría equivocada de la SEC, que los tokens criptográficos por sí solos son valores, no tiene respaldo en la ley.
“La decisión del Tribunal marca un momento histórico no solo para la empresa, sino también para las criptomonedas en general”, comentó Brad Garlinghouse, CEO de Ripple. “Desde los primeros días en que se inició la demanda, sostuvimos que Ripple estaría del lado correcto de la ley y del lado correcto de la historia. Vale la pena luchar por el progreso. Esta decisión es un gran golpe para la regulación de la agencia a través del cumplimiento de la agencia, y espero que pronto recordemos esta decisión como el punto de inflexión para que el Congreso actúe y establezca reglas claras para las criptomonedas en los EE. UU.”.
Además, la Corte consideró que, como cuestión de derecho:
- Las ventas de XRP de Ripple en bolsas: no son valores.
- Las ventas de XRP por parte de los ejecutivos de Ripple: no son valores.
- Las distribuciones de XRP de Ripple a desarrolladores, organizaciones benéficas y empleados: no son valores.
“En el fallo, el Tribunal realizó una distinción entre el token en sí mismo y la forma en que se vendió. Declaró que XRP, en sí mismo, no es un contrato de inversión. Esta decisión tendrá consecuencias profundas sobre cómo se clasifican los tokens digitales en los EE. UU. en el futuro”, explicó Stu Alderoty, director legal de Ripple. “Ahora, quienes estén en la mira de la agencia pueden recurrir al fallo del Tribunal. La SEC ya no puede promocionar su historial en criptografía, que hasta ahora consistían, en general, en acuerdos con actores que no tenían los recursos o la convicción para defenderse”.
Los procedimientos judiciales restantes tratan solo sobre ciertas ventas contractuales a inversores institucionales (el Tribunal determinó que esos contratos eran valores, no el token en sí) según la orden del Tribunal. Todo lo demás se resuelve como cuestión de derecho.
La búsqueda de Ripple de una regulación criptográfica sólida en los EE. UU. está lejos de concluir; de hecho, este es sólo el comienzo. Mientras tanto, Ripple continuará invirtiendo en las jurisdicciones que han adoptado marcos regulatorios claros. El mes pasado, la Autoridad Monetaria de Singapur otorgó a Ripple la Aprobación en principio (IPA) para una Licencia de institución de pagos principales. Diversos reguladores extranjeros, incluidos de Japón, Suiza, los Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido, ya habían determinado que XRP no era un valor.
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