Global Processing Services, una plataforma de pagos global de nueva generación que presta apoyo a las principales empresas de tecnología financiera, bancos digitales y proveedores de financiación integrados del Reino Unido, Europa, Asia, Oriente Medio y Norteamérica, ha cambiado de nombre y ahora se llama «Thredd». El objetivo de esta modificación es reflejar el papel fundamental que desempeña la empresa a la hora de entrelazar los diferentes «hilos» del ecosistema de pagos global e impulsar el crecimiento de los pagos electrónicos.
Con un nuevo equipo directivo formado por destacados expertos del sector y el respaldo de inversores con visión de futuro, este cambio de marca es el inicio de la siguiente fase de colaboración con los clientes y de innovación de productos para hacer realidad las aspiraciones de las empresas pioneras en materia de formas de pago innovadoras.
A Thredd se la conoce por su enfoque centrado en el cliente, que permite a los innovadores en materia de pagos lanzar nuevos programas de tarjetas de forma rápida, sencilla y rentable. Thredd ha creado un nicho exclusivo como procesador práctico y moderno, y ofrece las mejores capacidades de procesamiento de pagos digitales, incluidas herramientas de gestión de tarjetas a medida en tiempo real, informes y tecnología de prevención del fraude de primer nivel.
Con certificación de Visa y Mastercard, y compatible con programas de débito, prepago y crédito, Thredd permite el procesamiento moderno de pagos desde 2007 y se ha ganado la reputación de plataforma confiable y escalable.
En la actualidad, la plataforma vanguardista de Thredd procesa miles de millones de transacciones al año y presta servicio a más de 100 clientes en 44 países y en una amplia gama de casos de uso. Thredd es el socio de procesamiento preferido para una diversa gama de segmentos, como la banca digital, compre ahora y pague después (Buy Now Pay Later, BNPL), los viajes y banca como servicio (Banking-as-a-Service, BaaS).
Uno de los clientes de Thredd que más rápido está creciendo actualmente es la «superaplicación financiera» Curve, que permite a los clientes combinar la mayoría de las tarjetas de débito, crédito y fidelización en una plataforma y una tarjeta inteligente vinculada para los pagos. Thredd ha proporcionado el motor de procesamiento de emisor para la plataforma de Curve desde su fundación en 2016, apoyando a la innovadora tecnología financiera conforme ha ido creciendo hasta superar los 4 millones de clientes, diversificando sus productos y expandiéndose a los mercados internacionales.
«Nuestro cambio de marca a Thredd abre una nueva era para la empresa mientras iniciamos la siguiente fase de nuestro crecimiento. Hemos pasado los últimos seis meses reuniendo nuestro equipo de gestión con profesionales experimentados de la industria para ampliar nuestras capacidades de plataforma y profundizar nuestro compromiso de servir a las necesidades de las “fintechs” más innovadoras y los bancos de todo el mundo», declaró Kevin Schultz, director ejecutivo de Thredd.
«La nueva marca refleja nuestro renovado enfoque en hacer posible que nuestros clientes creen un ecosistema de pagos más interconectado, accesible y sin complicaciones. Con el equipo experimentado y nuestros propietarios, confiamos en nuestra visión para llevar este enfoque de asociación al procesamiento de pagos moderno a empresas innovadoras de todo el mundo».
Para explicar por qué se eligió el nombre de Thredd, Betsy Samuel, directora de Marketing de Thredd, comentó: «Nuestros clientes, socios y miembros del equipo nos han dicho que somos el conector definitivo, que aportamos una verdadera asociación al mundo de los pagos. Esta en nuestro ADN, y queríamos un nuevo nombre que reflejara esta identidad especial, así como nuestra posición en expansión como procesador de pagos moderno y fundamental en el centro de la economía digital en constante evolución. Nos enorgullece el relanzamiento con un nombre que refleja nuestro papel único y nuestra reputación como un “hilo” esencial del tejido en el ecosistema».
Thredd cuenta con el respaldo de un consorcio de capital riesgo experimentado en el desarrollo de empresas tecnológicas relacionadas con los pagos, como Advent International, Viking Global Investors, Temasek y MissionOG; así como de inversores institucionales como Mastercard y Visa.
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