¿Preparados para la guerra del streaming de pago?
El consumo de los servicios de streaming de música y vídeo de pago no para de crecer y la competencia está aumentando. ¿Hay ancho de banda para soportarlo?
La competencia en el ámbito de la música en streaming se está volviendo encarnizada. Aunque Spotify domina el mercado, están asomándose a esta ventana Google, Apple o Amazon. Y cuando gigantes como éstos se mueven, es previsible que pasen cosas.
Es normal que estas grandes corporaciones pongan sus ojos en este mercado, pues han visto que las posibilidades de negocio son muy interesantes. En noviembre del año pasado ya informábamos de que los ingresos de Spotify superan a los de iTunes en Europa, según las cifras ofrecidas por Kobalt, empresa dedicada a recaudar royalties para los artistas. Esos datos apuntaban que en el tercer trimestre de 2014 los ingresos de Spotify habían superado en un 13% la facturación media de iTunes en el Viejo Continente. Sólo un año antes, la plataforma de Apple facturaba un 32% más que Spotify en Europa. Es decir, aunque el modelo y las empresas que ofrecen el servicio llevan tiempo funcionando, lo cierto es que la eclosión de este mercado es relativamente reciente.
Este boom coincide claramente con el espectacular aumento de la penetración de smartphones y tablets. Spotify comunicaba hace apenas un mes que más de la mitad de la música que se escucha en su plataforma se consume a través de este tipo de dispositivos móviles. En concreto, un 42% se oye a través de smartphones y un 10% se reproduce desde tablets.
Batalla en el mercado musical
Las grandes compañías del sector se están ‘poniendo las pilas’ para competir. Apple ya demostró su interés cuando pagó 3.000 millones de dólares por la compra Beats. Esta operación era un paso firme para abordar el mercado de la música en streaming. La empresa de Cupertino quiere aumentar el uso de Beats Music y ha decidido integrar esta aplicación en iOS, iTunes y Apple TV, según informa 9to5Mac. Además, lanzará la app también para Android, ya que la compañía no quiere renunciar al enorme mercado de usuarios que utilizaba este sistema operativo. Y la ofensiva se completará con un precio muy atractivo. Apple está estudiando la posibilidad de ofrecer el servicio por 7,99 dólares al mes, dos dólares más barato que Spotify Premium o Google Play Music.
Google también se está moviendo, aunque parece que no acaba de dar con la tecla. La compañía cuenta con el servicio Google Play Music, que aúna el acceso 30 millones de canciones en streaming, la compra de música y la sincronización de nuestro repertorio en la nube. Además, la cuota mensual de 9,99 euros también da acceso a YouTube Music Key, que permite escuchar canciones offline, reproducir música en segunda plano y ver vídeos musicales sin publicidad. Este servicio aún está en fase beta y se lanzará a un precio promocional de 7,99 dólares, aunque el precio normal será de 9,99 dólares. Igual que en el caso anterior, la suscripción también dará acceso a Google Play Music.
Cabe recordar la reciente adquisición de Aspiro por parte del rapero Jay-Z. El cantante, conocido también por su carácter inversor en empresas tecnológicas, ha pagado 56 millones de dólares por la compra de esta empresa, propietaria de los servicios de música en streaming Wimp y Tidal. En concreto, Wimp dispone un catálogo de 25 millones de canciones y 75.000 vídeos musicales y cuenta con gran implantación en Escandinavia y Centroeuropa. Y Tidal ofrece música en alta definición.
No hay que olvidarse de otros servicios que tienen un hueco en el marcado, como Pandora y Rhapsody. Tampoco quiere faltar a este baile Amazon, aunque quizá no haya demasiado espacio en la pista cuando llegue. La compañía podría ofrecer música en streaming como un elemento más dentro de la oferta a sus clientes de Amazon Prime, donde ya sirve vídeo en streaming.
Tras la estela de Netflix
En el ámbito del vídeo en streaming de pago, la voz cantante la lleva Netflix, pese a que todavía excluya de su servicio al mercado español. En este sentido, parece que la compañía podría desembarcar en nuestro país a lo largo del presente año. Además, está dando algunos pasos para potenciar el mercado hispanohablante, como se demuestra en el rodaje de su primera producción propia en español. La plataforma da acceso a su amplio catálogo por 8,99 dólares al mes.
Otro par de empresas que de momento excluyen a nuestro país son Amazon y Hulu. La compañía fundado por Jeff Bezos aún no se ha decidido a traer Amazon Instant Video, con una cuota anual de 99 dólares. Se trata de un servicio de vídeo en streaming que debería constituir el principal argumento de su Fire TV. Entre tanto, parece que estaría estudiando la posibilidad de lanzar un sistema de streaming de vídeo con anuncios. Ese es precisamente el modelo de explotación que sigue Hulu, que ofrece un servicio gratuito de vídeo sustentado por publicidad. No obstante, también cuenta Hulu Plus (7,99 dólares al mes), versión premium que permite ver temporadas de series que no están en la versión gratuita o el acceso a través diversos dispositivos.
Parece que Apple también quiere dar un bocado a este pastel. La compañía de la manzana podría estar preparando un servicio premium de vídeo, según recogía FayerWayer. Esta iniciativa sería el complemento perfecto para impulsar su Apple TV. Por otra parte, Google está estudiando la manera de monetizar YouTube, planteándose una versión premium que elimine la publicidad previa a la visualización de los vídeos. Además, YouTube ya permite el acceso a contenidos de pago, aunque todavía se trate de un servicio minoritario.
Entre tanto, en nuestro país contamos con algunas plataformas que ofrecen vídeo en streaming, como Wuaki, Yomvi-Canal+, Filmin y Nubeox, además de la oferta que presentan las operadoras, con las propuestas de Movistar TV, Orange TV o Jazzbox.
¿Hay ancho de banda suficiente?
La ampliación de la oferta de estos servicios y el aumento de la competencia benefician claramente al usuario, que cada vez puede acceder a más contenidos en streaming y, además, a un precio muy interesante. Sin embargo, el crecimiento del número de usuarios tiene una consecuencia clara: el incremento del tráfico mundial de datos. Por ejemplo, el partido que enfrentó a Holanda y Argentina en el pasado Mundial de fútbol alcanzó un pico de 6,9 terabits por segundo, según los datos de Akaimi. Y a esto hay que sumar el resto de tráfico en la red: vídeos, música, navegación en páginas, P2P, correo electrónico, etc.
En el sector hace tiempo que se viene discutiendo acerca de este tema, en el que subyace en el principio de neutralidad de la red. En este sentido, nos encontramos con dos voces contrapuestas: las que propugnan el tráfico igualitario para todo el tráfico y aquellas que defienden un internet de dos velocidades. En Estados Unidos hay cierta indefinición, con movimientos tanto en un sentido como en el otro. En cambio, la Unión Europea parece decidida a garantizar la neutralidad. De este modo, no se plantean medidas que afecten a servicios que requieren un importante ancho de banda, como sucede con las plataformas de streaming. No obstante, sí que podría contemplarse la posibilidad de que los operadores de telecomunicaciones ofrezcan a sus clientes servicios especializados y mayores velocidades.
Las operadoras se quejan de que las compañías de streaming, de VoIP o las redes sociales hacen negocio y se beneficien de las infraestructuras que ellas despliegan, a pesar de que no pagan nada a cambio. Sin embargo, también toman posiciones para aprovechar el tirón del streaming. Por ejemplo, Telefónica invirtió en 2013 en Rhapsody, heredera de la pionera Napster, con el fin de expandir su presencia en Iberoamérica y Europa. Además, esta plataforma ha alcanzado acuerdos de colaboración en distintos mercados con operadoras como O2, E-plus, Vodafone o T-Mobile, como indicaba Cinco Días.
El desarrollo de los contenidos en streaming es imparable y todos quieren un trozo de la tarta. ¿Quién se hará con el liderazgo? ¿Habrá hueco para todas las plataformas? ¿Tendremos que replantearnos la neutralidad de la red?