Los ordenadores, que se desarrollarán en colaboración con Intel, estarán basados en el diseño de referencia de los Classmate PCs. El gobierno los distribuirá luego de forma gratuita o a un precio máximo de 50 euros. El costo del equipo para el gobierno portugués será de 180 euros.
Los equipos, que contarán con conexión inalámbrica y un procesador Celeron M de bajo consumo, empezarán a fabricarse en septiembre por ensambladores portugueses. El 30 por ciento de los componentes serán nacionales y se pretende que terminen siendo 100 por cien portugués, salvo el chip de Intel.
La inversión inicial es de 80 millones de euros y la fábrica estará situada en la localidad de Motosinhos.
La noticia supone un duro varapalo para el proyecto OLPC de Negroponte, que hasta la fecha (y a pesar de llevar más tiempo con la iniciativa) sólo ha conseguido vender 600.000 ordenadores en todo el mundo. En cuanto a los Classmate PCs, ya se ha llegado a acuerdos con otros países como Libia, Argentina, Indonesia, India y Vietnam. Intel prepara también una nueva versión de estos portátiles de bajo coste, a los que llamará Classmate 2.
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