Portégé R500, un peso pesado de los ultraligeros
El Portégé R500 de Toshiba equipado con una unidad SSD ofrece un rendimiento notable en un estilizado chasis de menos de 1 Kg de peso y sin escatimar en opciones de expansión.
El Portégé R500 en el laboratorio
Cuando analizamos el rendimiento del Portégé R500 equipado con un microprocesador Intel Core 2 Duo a 1,2 GHz empleando la versión 6.1 del test PassMark, el portátil obtuvo una puntuación media de 314.1, un resultado similar al de otros equipos de este mismo segmento que hemos analizado.
El R500 luce una pantalla con retroiluminación LED libre de reflejos de 12,1 pulgadas asociada a una controladora gráfica Intel GMA 950 para ofrecer una resolución máxima de 1.280 x 800 puntos. Según Toshiba, la retroiluminación LED reduce el consumo energético (hasta un tercio menos que las pantallas con retroiluminación fluorescente tradicional), a la par que ofrece una gran resistencia a los impactos y las vibraciones.
Esta pantalla LED no logró superar—al menos en nuestras pruebas—la calidad de imagen que ofrecen las pantallas de portátiles tradicionales. De hecho, el dispositivo de visualización del R500 con acabado mate ofrece un ángulo de visualización algo limitado. Si se observa la pantalla desde arriba o desde un lado, resulta difícil de leer, lo que merma su atractivo si va a ser utilizada para presentaciones en grupo (aunque, quizás, viene bien para trabajar con discreción en un avión).
El tamaño del teclado, de 85 teclas, resulta muy agradable; su sensibilidad es buena y ofrece espacio para las muñecas. El puntero del R500, un touchpad situado debajo del teclado, proporciona una respuesta satisfactoria, pero el espacio existente entre el teclado y el touchpad es demasiado pequeño. Por esta razón, corremos el riesgo de rozar con los dedos el puntero táctil sin pretenderlo, lo que en ocasiones resulta molesto.
La conectividad de red se ha resuelto en el R500 a través de una controladora inalámbrica Intel 4965GN 802.11a/g/n, otra Gigabit Ethernet y un receptor Bluetooth.
El surtido de puertos de expansión que aglutina el R500 nos parece satisfactorio. Incluye una entrada de micrófono y una salida para auriculares, un puerto RGB, una ranura para tarjetas Secure Digital, un slot PCMCIA y 3 puertos USB. Además, incorpora un puerto S-Vídeo, lo que lo hace fácil de conectar a un televisor para utilizar este dispositivo como pantalla externa.
La unidad que hemos analizado equipaba una batería de ión-litio de 3 celdas que, según Toshiba, proporciona una autonomía de 4 horas¬—en nuestras pruebas se defendió bastante bien. Toshiba ofrece también una batería de 6 celdas que puede adquirirse de forma adicional.
En el ámbito de la gestión de energía, el R500 se mantiene en la misma línea de otros ordenadores portátiles. En esta tesitura lo pusimos a prueba de diferentes formas.
Lo probamos en las modalidades de suspensión e hibernación y descubrimos que el sistema invierte cerca de 15 segundos en pasar al primero de estos modos, y sólo 2 segundos en despertarse y volver a establecer la conectividad con nuestra red inalámbrica. Asimismo, la máquina emplea 15 segundos en pasar el modo de hibernación, y otros 15 segundos en reactivarse.