¿Por qué triunfa el almacenamiento definido por software?

Con la evolución de la tecnología se han ido introduciendo tendencias en las empresas como la del almacenamiento definido por software o SDS, por sus siglas en inglés.

Este tipo de almacenamiento con arquitecturas que separan la gestión y distribución del hardware reforzará los procesos de transformación digital de las empresas, de acuerdo con INFINIDAT, que ha publicado una lista con cinco factores que confirmarían su potencial, empezando por esa “liberación de la dependencia del hardware” que le permite agilizar el almacenamiento según las necesidades de proceso, memoria, almacenamiento, redes o máquinas virtuales de cada aplicación.

Además, Israel Serrano, Country Manager de INFINIDAT Iberia, recuerda que ahora es el momento. Ahora el hardware permite que esto sea así. “Hace 20 años, el hardware no era lo suficientemente rápido ni eficiente para dar respuesta a los requerimientos de las infraestructuras definidas por software”, dice, “y ahora, sin embargo, ese modelo sí puede aplicarse”.

“El software hace que todo sea mucho más ágil y efectivo en costes”, añade Serrano, por ejemplo, “cuando se produce un problema, se necesita mucho menos tiempo para identificarlo y resolverlo”. Otra ventaja sería un aumento de rendimiento sin cambios de hardware. Esto daría lugar a infraestructuras preparadas para el futuro, que se convierten en revulsivo. INFINIDAT habla de la digitalización como “acelerador del cambio”.

La “reducción de costes” es uno de los pilares porque se libera a los datos de las limitaciones del hardware y se avanza hacia entornos híbridos, donde además los propios fabricantes se encargan de mantener los sistemas físicos.

También habría que tener en cuenta que el almacenamiento definido por software favorece proyectos que tienen que ver con la inteligencia artificial, el aprendizaje automático o el aprendizaje profundo.

“En definitiva, es un hecho que el almacenamiento definido por software permite modernizar y gastar menos en infraestructura, liberando recursos y tiempo para construir las infraestructuras”, dice Israel Serrano. “Obviamente, no son procesos exentos de complejidad, pero lo cierto es que el problema principal, que radica en el soporte de la solución y en los costes ocultos, ya está solucionado con las arquitecturas disponibles en la actualidad”.