Por qué Nokia sí se pasa a Android (y a Microsoft le parece bien)

Nokia Android

La noticia de que Nokia va a lanzar un teléfono con Android para países emergentes no es tan sorprendente como parecía.

Parecía una noticia que simplemente tenía que haber ocurrido hace unos meses, algo que si no había pasado entonces no debería pasar ahora. Llevaba mucho tiempo especulándose con la posibilidad de que Nokia se lanzara con algún teléfono con Android, pero cuando Microsoft anunció que se hacía con la compañía finlandesa, los que más habían apostado por Windows Phone, toda esperanza se desvaneció. Entonces llegó la sorpresa: sí que va a haber teléfono de Nokia con Android. ¿Qué le parece a Microsoft?

Lo primero que hay que saber es que, si bien el acuerdo de compra entre Microsoft y Nokia se anunció hace ya unos meses, la adquisición no se completará hasta dentro de unos meses. Es decir, Nokia es todavía una firma más o menos independiente y, el hecho de que tengan un smartphone con Android preparado para su presentación dentro de una semana en el Mobile World Congress en Barcelona significa que el plan existía desde antes de aceptar ser comprados por Microsoft.

La compañía de Redmond sale algo perjudicada de esta noticia, o por lo menos su plataforma móvil Windows Phone. Nokia era la compañía que había apostado por ellos, que hasta había firmado un acuerdo según el cual no fabricarían teléfonos con otros sistemas operativos. Nokia se había arriesgado y, tras acabar con Symbian, en vez de luchar contra Samsung desde el carro de Android, decidió probar con Windows Phone. El hecho de que los finlandeses, la firma que sin duda ha hecho más por la plataforma de Microsoft, finalmente se hubiese rendido a Android deja a Windows Phone en no muy buen lugar.

El objetivo: comprar tiempo

¿Estarán enfadados en Microsoft? Posiblemente no. Los teléfonos (porque serán más de uno) de Nokia con Android no dejan de ser una forma de intentar volver a conquistar esos mercados emergentes en los que hasta hace no mucho todavía eran uno de los fabricantes más importantes. Además, este terminal, el Nokia X, incluirá una versión de Android altamente modificada: sin las apps de Google y sin Google Play, de forma que la compañía no le creará una nueva fuente de ingresos a la firma del buscador. No es tan grave.

En última instancia, además, parece que estos terminales Android no son más que un intento de ganar algo de tiempo. Si Nokia no ha triunfado en los países emergentes es porque, por un lado, Asha no es lo suficientemente smart y, por otro, Windows Phone exige unos requisitos mínimos a los smartphones en los que se instalan que hace que no puedan ser de gama muy baja. Competir con todos esos teléfonos Android baratos era imposible.

Se supone que, mientras intentan avanzar un poco en los emergentes gracias a su versión de Android, Nokia y Microsoft estarán trabajando intensamente en una nueva versión de Windows Phone menos exigente y más adaptable a terminales baratos. ¿Servirá de algo esta estrategia o ya han perdido el tren emergente para siempre? Vencer a Android con Android no será fácil, pero quizá sea una de las últimas opciones que les quedan a Nokia y a Microsoft.