¿Por qué no podemos votar telemáticamente el 23J?
Pese a que la tecnología para votar telemáticamente está plenamente desarrollada, en nuestro país sigue siendo imposible hacerlo. ¿Cuáles son los motivos?
La convocatoria de las próximas elecciones, que se celebrarán el próximo domingo 23 de julio, ha levantado una gran polémica por la fecha escogida. Quienes critican que vayan a celebrarse ese día aducen que buena parte de la población estará de vacaciones, por lo que podría incidir negativamente en la participación.
Como es bien sabido, la normativa electoral española contempla el voto por correo, una herramienta que nos permiten compatibilizar nuestro periodo de descanso con el ejercicio del derecho a votar.
Sin embargo, no se trata de un mecanismo ágil ni cómodo, ya que hay que solicitarlo previamente, recoger la documentación que nos llega a casa (donde puede que no estemos cuando pase el cartero con el certificado), llevar nuestro voto a la oficina de Correos y esperar las colas que se forman en las oficinas cuando se aproximan las elecciones.
Pese a ello, se espera que el voto por correo aumente considerablemente en estas elecciones. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en las últimas elecciones generales hubo más de 1,36 millones de españoles residentes en España que solicitaron el voto por correo, lo que representa casi un 3,9% del censo electoral.
Las peculiares circunstancias de esta convocatoria electoral van a hacer que el número de solicitantes se dispare. Según los datos recopilados por Electomanía, a finales de junio ya se habían recibido más de 1,45 millones de peticiones. Si tenemos en cuenta que el plazo para solicitarlo concluye el 13 de julio, es previsible que la cifra final sea mucho mayor que en los comicios de 2019.
Quienes han solicitado el voto por correo ya están recibiendo en sus casas toda la documentación. Y para hacerlo ya no es preciso acercarse a la oficina de Correos, sino que es posible solicitar el voto sin moverse se casa, acreditando la identidad mediante certificado digital o DNI electrónico.
Y hasta aquí llega la innovación en nuestro país en cuanto al voto telemático. ¿Acaso no existe tecnología necesaria para poder votar telemáticamente? La respuesta es clara: sí que la hay. De hecho, ya se hace en otros países. Lo que no está preparado es el contexto legislativo y cultural español.
Cambios legislativos y culturales
“Para implantar el voto online en España es necesario un consenso político para reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral (LOREG), que regula cómo se gestiona el sistema electoral. Es importante destacar que esta ley es del año 1985, una época en la que no se podía prever que existiría el voto electrónico, por lo que no se contempla el uso de este sistema, si bien es cierto que tampoco lo prohíbe. En cualquier caso, actualmente existe una falta de voluntad política para reformar la LOREG”, declara Javier Jiménez, director de Ventas Iberia de Scytl.
En esta misma dirección, Raúl Sánchez, director de Tecnología de Syntonize, advierte que “además de la tecnología, la puesta en marcha del voto electrónico en España requeriría cambios legislativos y regulatorios para establecer las pautas y los marcos legales adecuados”.
Además, remarca que “sería necesario un amplio consenso y una participación significativa de los actores relevantes, como los partidos políticos, los expertos en seguridad cibernética y la sociedad civil, con el objetivo de garantizar la confianza y la aceptación del sistema”.
Requisitos técnicos y procedimentales
Al margen de los cambios legislativos y culturales necesarios para poder votar telemáticamente, también son necesarios algunos requisitos técnicos y el establecimiento de determinados procesos.
En primer lugar, es imprescindible contar con un sistema de identificación digital. “Debería extenderse el uso del DNI electrónico, certificado digital, etc.”, apunta Sánchez. “El hecho de que tengamos un DNI electrónico no quiere decir que todos lo usemos. Hay una amplia mayoría de la población que prefiere la presencialidad o, simplemente, no sabe y no ha sido formada para utilizar el DNI electrónico. Para ese segmento existen dos opciones: formarles o darles los mecanismos físicos para que voten de la manera tradicional”, agrega.
Además, reseña que sería preciso “desarrollar una infraestructura de votación que permita la emisión y el conteo de votos electrónicos de manera segura y confiable, así como el establecimiento de sistemas de almacenamiento y transmisión de votos encriptados. Es decir, debería ser un proyecto a largo plazo”.
También indica que es necesario “poner en marcha mecanismos de seguridad y protección de datos”, tales como “cifrado de extremo a extremo, autenticación de dos factores, auditorías de seguridad y protección contra ataques cibernéticos”.
Por último, hace hincapié en la importancia de poner en marcha sistemas de transparencia y auditoría. “Sería necesario auditar frecuentemente estos mecanismos para que los resultados sean precisos y confiables”, declara.
Impulso a la participación
La posibilidad de votar telemáticamente podría ayudar a impulsar la participación ciudadana en los procesos electorales. Y no sólo en estos comicios, en los que las vacaciones pueden complicar la participación, sino en cualquier otra circunstancia.
Por ejemplo, con la crisis de la COVID-19 ya vimos las dificultades que suponía ir a votar cuando todavía estaban vigentes las medidas de precaución ante posibles contagios. Igualmente, aquella situación impidió ir a votar a las personas en cuarentena o que estuvieran hospitalizadas.
Por otra parte, el voto electrónico quizá podría animar más a votar a los electores más jóvenes. “Al ser un servicio moderno y actual, el voto por internet facilita la incorporación de los jóvenes votantes y puede fomentar la adopción de hábitos electorales entre ellos”, afirma el experto de Scytl.
Así pues, votar telemáticamente podría ayudar a resolver el problema que tenemos en estas elecciones y en futuras convocatorias ante posibles situaciones que puedan complicar la concurrencia a nuestro colegio electoral. “Una de las múltiples ventajas del voto telemático es que el elector puede ejercer su derecho a voto desde cualquier lugar, sin necesidad de acudir presencialmente a un colegio electoral”, remarca Jiménez.
“El único requisito es disponer de un dispositivo con conexión a internet, ya sea un ordenador, un teléfono móvil o una tablet. Ni siquiera es necesario instalar ninguna aplicación, ya que basta con un navegador web para acceder al portal de votación. Además, el voto telemático permite ampliar el periodo de votación durante varios días, o incluso semanas, de manera que un elector podría votar cuando le resultara más conveniente”, añade.
Además, el director de Tecnología de Syntonize apunta que se podrían implementar sistemas híbridos de voto electrónico, como ya hay en otros países. “La persona va físicamente a un centro a votar y allí es donde se encuentra todos los medios de validación de identidad correspondientes —los nuevos DNI españoles ya tienen la tecnología necesaria para ello—. Así, el ciudadano podría acudir a cualquier colegio electoral, independientemente de si está en su lugar de vacaciones o no”, explica.
Por otro lado, el voto a distancia por medios electrónicos también serviría para reducir el coste de las elecciones. “El voto telemático supone una eficiencia económica relevante al eliminar los costes relacionados con el voto en papel y postal. Esta reducción de gastos se traduce, además, en un menor impacto medioambiental, al eliminar la necesidad de papel, tóner de impresoras, movilización de ciudadanos y consumo de recursos en los centros electorales, haciendo del voto telemático una herramienta aliada en la transición ecológica”.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que dicha reducción de costes tardaría en llegar, ya que en sus comienzos se produciría un escenario de convivencia entre el sistema presencial, el voto por correo y el sufragio electrónico.
Varios ejemplos internacionales
La posibilidad de votar telemáticamente todavía es algo excepcional en la mayor parte del mundo, pero ya hay muchos ejemplos. “En Scytl contamos con más de 20 años de experiencia en procesos electorales reales en administraciones de todo el mundo. Por ejemplo, el estado de Nueva Gales del Sur (Australia) empezó a utilizar nuestra tecnología en 2015 y desde entonces se ha batido dos veces el récord histórico de la mayor votación online vinculante de un gobierno, en 2015 y 2019, con más de 280.000 y 650.000 votos emitidos, respectivamente. Otro ejemplo son las elecciones consulares francesas de 2021, donde Scytl facilitó el voto por internet a alrededor de 1,3 millones de expatriados franceses llamados a las urnas. Y más recientemente, las elecciones municipales celebradas el pasado mes de octubre en Ontario (Canadá), donde más de un millón de electores pudieron ejercer su derecho a voto online”, indica Javier Jiménez, director de Ventas Iberia de Scytl.
Sánchez apunta que Estonia es uno de los países más avanzados en el uso del voto electrónico. “Desde 2005, los ciudadanos estonios tienen la opción de votar en línea de manera segura y confiable” especifica. Asimismo, precisa que el voto electrónico se ha implementado en ciertos cantones suizos de manera experimental y progresiva. “Algunos cantones, como Ginebra, han utilizado el voto electrónico en elecciones nacionales y locales”.
También destaca que “Bélgica ha establecido el voto electrónico en algunas áreas y para ciertos grupos de votantes, como los ciudadanos belgas que residen en el extranjero”. Sin embargo, advierte que “su implementación ha sido objeto de debate y algunas áreas han optado por volver al voto en papel”.
Asimismo, indica que el voto electrónico se ha utilizado en elecciones parlamentarias y locales en Letonia, siendo “elogiado por su seguridad y accesibilidad”. Además, reseña que Noruega ha realizado varios proyectos piloto de voto electrónico en diferentes regiones. “Aunque no se ha implementado a nivel nacional, se han llevado a cabo pruebas y evaluaciones para evaluar su viabilidad”, explica.
¿Por qué estos países ya ofrecen esta opción a sus ciudadanos, mientras que en España nos estamos quedando tan atrás, pese a que el Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) indica que somos uno de los países más avanzados de Europa en este ámbito?
Es responsable de Syntonize apunta algunas razones. “Estos países han invertido en una infraestructura tecnológica sólida que permite el voto electrónico seguro y confiable. Han desarrollado plataformas en línea, sistemas de autenticación y transmisión de votos, y han establecido medidas de seguridad robustas para proteger la integridad del proceso electoral”.
“Para ello, se han embarcado en grandes inversiones y proyectos para hacerlo realidad. También han trabajado en la generación de confianza pública y en la aceptación del voto electrónico. Han llevado a cabo campañas de información y educación para informar a los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema, sus medidas de seguridad y los beneficios de votar electrónicamente. Además, han involucrado a expertos en seguridad cibernética, partidos políticos y otros actores relevantes en la discusión y el diseño del sistema de voto electrónico. Finalmente, han establecido marcos legales y regulaciones claras que respaldan el uso del voto electrónico”, añade.
En cualquier caso, pone el acento en que “la puesta en marcha exitosa del voto electrónico en estos países ha requerido tiempo, inversión, pruebas piloto y evaluaciones continuas”.
En cualquier caso, Jiménez recalca que en nuestro país ya hay numerosas empresas y colegios profesionales que usan el voto telemático para sus elecciones sindicales o de junta directiva. Incluso hay ejemplos en la administración pública. “Por ejemplo, en universidades, para elegir a sus órganos de gobierno; o incluso en ayuntamientos, para consultas ciudadanas”, anota.