Empecemos por establecer que aún no tienes claro que quieres comparte un tablet.
Después tendrás tiempo de elegir un modelo, ahora vamos a centrarnos en si lo compras o no. Y dejando a un lado el mero capricho, analicemos si es un dispositivo que necesitas.
A favor:
Son buenos lectores de libros. Los libros electrónicos, ciertamente, tienen una pantalla que proporciona una experiencia más cercana a leer sobre papel, cansan menos la vista (equivalente a leer sobre papel) y tienen mucha mayor duracion de batería. A cambio, salvo los que cuentan con sistemas de iluminación propia, necesitas luz externa sí o sí (como el papel). Y salvo excepciones los libros electrónicos sólo sirven para leer, como mucho algunos incluyen funciones de reproductor MP3 y poco más.
Son herramientas productivas. Dispones de calendario, puedes tomar notas, trabajar con hojas de cálculo, trabajar con email… en una pantalla más grande que un smartphone.
Son mejores que un portátil de hace un par años. La tecnología avanza a un ritmo tal que incluso si piensas (y en cierto modo no te falta razón) que un tablet es un smartphone talla XXL tendrás más potencia en uno de estos dispositivos que en tu portátil de hace un par de años, y sobre todo un catálogo incesante de nuevas aplicaciones que ocupan poco, cuestan poco y se instalan y desinstalan con suma facilidad. Si necesitas teclear mucho ya es otra cosa a tener en cuenta, aunque hay interesantes soluciones de teclados inalámbricos y fundas protectoras que incorporan uno.
Son geniales en las reuniones. No ya porque proporcionan vistosidad a tus presentaciones y permiten una interacción con un cliente/compañero/amigo superior en ocasiones a la de un portátil, especialmente a la hora de mostrar y compartir diagramas, imágenes, esquemas o presentaciones. Pero también porque llegado el caso podrás jugar a “Angry Birds” (poniendo cara de concentración) simulando que tomas notas con total discreción. Y además quedas como un moderno y aplicado trabajador que usa la tecnología en su favor.
Música y pelis. En esto se llevan la palma, puedes disfrutar de contenidos audiovisuales en cualquier lugar, incluso si no eres tú sino tus peques los que disfrutan de una peli mientras vas en el coche, en el fondo tú también estás disfrutando de paz y tranquilidad mientras ellos se lo pasan en grande con la última peli de Pixar. La pantalla de un tablet suele ser mayor que la de los habituales sistemas de entretenimiento portátil y además evitas llevar a cuestas una funda llena de DVDs que invariablemente no les gustan o ya han visto. Y luego está cuando eres tú quien se va de viaje en el barco o el avión. Y es que para los viajes, por lo poco que ocupan y su autonomía, son los reyes.
Porque esa es otra, en comparación con un portátil la batería dura más, en torno a unas 10 horas cuando no todos los netbooks superan las 6 horas.
No se cuelgan. Al menos no tanto como un ordenador. Y en caso de que lo hagan reiniciarlos es un proceso rápido. También tienen una mayor facilidad para estar disponibles y útiles por ser más un móvil que un ordenador. Apretar un botón, desbloquear la pantalla y ya puedes usarlo. Por no hablar de la conexión a Internet. Un portátil en hibernación tarda también unos pocos segundos en arrancar, pero tiene que establecer la conexión (3G o WiFi) y tarda algo más, especialmente si usas el típico módem USB 3G porque el sistema tiene que volver a reconocerlo cuando lo conectas.
En contra:
No son tan portátiles como el móvil. Un tablet no te cabe en el bolsillo, y punto. En el equilibrio portabilidad/tamaño es donde tendrás que determinar cuáles son tus necesidades. Salvo los tablets de 7″ como el Galaxy Tab y algún otro (pocos), que en todo caso cabría en un bolsillo amplio en la chaqueta, pero por lo general un tablet implica llevar algo en la mano o la necesidad de llevar una cartera, pensar en fundas, protectores…
Si realmente quieres jugar un tablet se puede quedar corto. Es cierto que hay innumerables juegos, cada vez mejores, pero en un portátil siempre tendrás juegos mucho más potentes. Y no todo va a ser trabajar.
Tienen limitaciones para ejecutar programas que puedes necesitar. Photoshop, edición de vídeo… aunque hay software que realiza esas funciones en iOS y Android servirían para usos muy elementales. Si con eso te basta bien, pero si realmente quieres tener tus aplicaciones profesionales en cualquier parte un tablet aún no puede proporcionarte esa funcionalidad.
Con tu portátil también puedes navegar por la Red desde el sofá o ver películas sin necesidad de adquirir otro dispositivo más.
El tiempo sigue su marcha. El momento tablet acaba de comenzar, como quien dice, y en unos meses todos los que se acaban de presentar estarán en las tiendas y empezaremos a tener rumores de nuevos modelos de inminente aparición, mucho más potentes, con más capacidad, quién sabe con qué novedades… probablemente en otoño Apple, que nos acaba de encandilar con su iPad2 presente un iPad3 (se rumorea que en tamaño 7″ y quizá tomando el relevo al iPod Touch), así que quizá si no lo tienes muy claro merezca la pena esperar. ─Antonio Rentero [Telecrunch]
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