Por qué el artículo sobre Amazon creó tanto revuelo
El exposé sobre Amazon del NYTimes y un artículo de Dustin Moskovitz abren el debate: ¿de verdad hay que llegar a esos extremos?
Fue el tema tecnológico de la semana: The New York Times publicó un largo reportaje sobre las condiciones en las que se trabaja en Amazon, sobre empleados llorando en sus mesas y otros trabajadores durmiendo en sus coches o sin dormir. Se habló tanto que hasta Jeff Bezos se vio obligado a decir que esa no era su versión de Amazon. Nadie le creyó, de todas formas, porque al fin y al cabo el reportaje no decía nada que no supiéramos antes. Y la firma de ecommerce no es la única culpable.
No todas las reacciones al artículo fueron de gente escandalizada. Mucha gente se limitó a decir que, en primer lugar, esa es la situación en todas las grandes tecnológicas, con Facebook y Google como grandes ejemplos, y en segundo lugar, que en realidad esa es la única forma posible de trabajar para alcanzar el éxito. Todo el mundo ha leído sobre la dedicación exclusiva y casi sobrehumana de grandes triunfadores de la industria: de Steve Jobs a Marissa Mayer, pasando por Larry Page o Tim Cook, todos tienen en común no entender que la gente quiera tener una vida personal al margen de la profesional.
¿Por qué entonces, si todos sabíamos cómo eran las cosas, causó tanto revuelo el reportaje de The New York Times? Quizá porque pintaba una realidad demasiado oscura y falta de glamour, porque dejaba demasiado a la vista los defectos de la cultura de trabajo que parece estar tomando a toda la industria, de startups a grandes compañías, y lograba que una pregunta empezase a formarse en las mentes de los lectores. “¿De verdad vale la pena?”
Todo podía haberse quedado ahí, pero entonces Dustin Moskovitz, uno de los cofundadores de Facebook (y ahora cofundador de Asana), publicó un artículo con su opinión en Medium. ¿La conclusión? No vale la pena ni siquiera desde el punto de vista empresarial.
Recordando el interés empresarial de los fines de semana
Moskovitz explica en el artículo que, si hay algo de lo que se arrepiente de su pasado, es de no haber “dormido más horas, haber hecho ejercicio de forma regular, y haber tomado mejores decisiones sobre su comida y bebida”. Y, sobre todo, desearía haber tenido “más tiempo para otras experiencias que me ayudaron a crecer increíblemente rápido cuando les di una oportunidad”. ¿No habría tenido menos éxito en general si hubiese hecho eso? El cofundador de Facebook recurre a estudios para mostrar que no.
“Mucha gente cree que los fines de semana y la semana laboral de 40 horas son algún tipo de gran acuerdo entre el capitalismo y el hedonismo, pero eso no es exacto históricamente”, cuenta Moskovitz, que recuerda que son el resultado de “la investigación para maximizar beneficios realizada por Henry Ford a principios del siglo XX”. ¿Qué descubrió? “Que podías sacar más de la gente haciéndoles trabajar menos días y menos horas”.
¿Por qué entonces una industria tan exacta y técnica parece haberse olvidado de este y otros muchos estudios que dicen que, cuando se trabaja demasiado, la productividad baja de forma alarmante -además de poder afectar la salud mental de los implicados? Moskovitz cree que es trata de una combinación de tres factores: “no conocer las investigaciones”, “creer que las investigaciones están mal hechas o no les afectan”, “entender que mucha gente ve estos artefactos culturales como una señal de la intensidad y pasión del equipo“.
En Asana, asegura Moskovitz, tienen que trabajar muy duro para asegurarse de que sus empleados, acostumbrados a la cultura de las jornadas eternas, de verdad se acuerden de disfrutar la vida. “A veces tenemos a candidatos que nos dicen que les preocupa que todo esto signifique que no nos movemos lo suficientemente rápido, o que no tenemos la urgencia suficiente”.
“Como industria”, remata Moskovitz, “nos estamos quedando por debajo de nuestro potencial”. Si se volviera a una cultura de conciliación de trabajo y vida personal, “podríamos estar consiguiendo más y podríamos ofrecer una vida mejor a toda la gente que trabaja en tecnología. (…) Puedes hacer grandes cosas y vivir bien la vida. Puedes tenerlo todo y la ciencia dice que deberías”. El debate está abierto. ¿Irán poco a poco ganando las startups como Asana o la cultura del 200% seguirá a la orden del día?