Todo debería ser felicidad: tras dos años de existencia imperceptible, con un pequeño número de usuarios y no habiendo desaparecido simplemente porque, en palabras de su fundador y CEO Ben Silberman, “estaba demasiado avergonzado y no creía que Google me fuese a contratar de nuevo”, Pinterest ha dado frutos. No se habla de otra cosa en el mundo de las redes sociales, tiene 12 millones de usuarios, lleva más tráfico a otras webs que Twitter y se dice que Facebook debería tener cuidado.
Sin embargo, algunas nubes negras impiden la felicidad total de la compañía. Y es que, como sabe toda empresa de Internet que ha crecido demasiado rápido, hacerse mayor suele venir acompañado de problemas.
El aspecto principal que ha puesto a Pinterest en el punto de mira ha sido el del copyright de las imágenes que se “pinean” en la red y la contradicción que se esconde detrás de lo que el sitio recomienda y lo que dice su letra pequeña. Existe una cosa llamada “Pin Etiquette”, impulsada desde Pinterest, que da algunas líneas generales sobre cómo utilizar el sitio. Y esta etiqueta dice que Pinterest no debe ser utilizado con fines publicitarios: se trata de compartir imágenes que uno encuentra en la red y no fotos propias.
Los términos de uso de Pinterest, no obstante, contradicen la etiqueta de pleno, según destapó hace una semana Kirsten Kowalski, una bloguera que descubrió que esa letra pequeña prohibe a los usuarios subir imágenes sobre las que no tengan derechos, indicando que podrían quedar sujetos a acciones legales. Es decir, Pinterest se lava las manos por si hay problemas legales y deja al usuario como único responsable.
El rediseño que nadie quería
Otro de los temas que ha hecho que se hable mucho de Pinterest estos días es el rediseño que han sufrido sus páginas de perfil. Como es habitual en estos casos, los usuarios han sido los primeros en protestar, sin entender por qué Pinterest, con el éxito que está teniendo y siendo todavía tan joven, ha tenido que cambiar las cosas para parecerse además bastante al Timeline de Facebook.
El enfado inicial estuvo ahí, pero hay otra causa que es la que está levantando más iras: la falta de respuesta por parte de Pinterest a las quejas de los usuarios. Eso sí, este silencio no es exclusivo para usuarios, ya que parece estar convirtiéndose en marca de la casa: silencio es también lo que reciben los propietarios de imágenes pineadas en Pinterest que piden a la red social una solución (que las elimine). Hartos de no recibir respuesta, de hecho, las quejas han empezado a dirigirse hacia Amazon, en cuyos servidores se aloja Pinterest, para la eliminación de esas imágenes. Amazon, no obstante, se ha lavado también las manos asegurando que simplemente reenviará las quejas a Pinterest.
Nadie dijo que crecer fuese fácil. Por tener, Pinterest tiene hasta desórdenes alimenticios: también esta semana se ha empezado a alertar que muchos usuarios utilizan la red social para hacer apología de la anorexia. ¿Sobrevivirá Pinterest a su adolescencia? Está bastante claro que sí, aunque promete ser una época tormentosa.
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