Cuando hace menos de un año Apple presentaba Ping a bombo y platillo, ya muchos intuyeron que la herramienta, el intento de la compañía de añadir a iTunes una capa social, no iba a pasar de ser una mera anécdota. Hoy, diez meses después, esa conclusión está clara: ya nadie se acuerda de Ping (“¿Te refieres a Bing?”, preguntaba un usuario austríaco con cuenta en la red de Apple; “Ping.fm, claro, esa radio en internet tipo Pandora”, aseguraba una usuaria de Santiago de Compostela).
La herramienta ha caído tanto en el olvido que hasta a Apple le duró poco la emoción de su lanzamiento. Poco después del anuncio aseguraban que habían alcanzado el millón de usuarios en dos días (lo que significaba que un tercio de los usuarios que se habían actualizado a iTunes 10) se habían abierto una cuenta en Ping. Después de eso, poco más se supo.
¿Cuál fue el error de Apple? ¿Por qué tantos usuarios que tienen una cuenta en Ping no utilizan la red o ni siquiera se acuerdan de que existe? Hay dos razones principales: en primer lugar, Ping es una isla que no permite a los usuarios compartir sus actividades con sus contactos en otras redes sociales; en segundo lugar, Apple no parece haber intentado tanto crear una red social como una nueva forma de sacarle rentabilidad a iTunes.
El error: el aislamiento
En realidad el primer fallo, el más importante, no se le puede achacar del todo a Apple: la compañía era (y es) consciente de que necesitaba apoyos de otros servicios si quería que Ping llegara a algo, y de hecho estuvo a punto de estrenar el servicio con un acuerdo que permitiría a los usuarios importar sus contactos de Facebook. Y en una compañía tan poco dada a colaborar con terceros como Apple, el hecho de que buscase ya desde el principio un acuerdo con Facebook deja claro que eran bastante conscientes de la importancia de no quedarse como al final se quedaron: aislados.
Porque ese acuerdo no llegó nunca a buen puerto debido a, según palabras de Apple, “las condiciones onerosas” que exigía Facebook. La red de Mark Zuckerberg podía permitirse perder esa colaboración con Apple. A Apple, en cambio, el desacuerdo le salió caro, ya que si hay que escoger tan solo una razón por la que Ping nunca despegó fue que, a pesar de ser definida como red social, de social tuvo siempre muy poco al no permitir a los usuarios importar su red de contactos de ningún otro sitio. Y lo de ir buscando uno a uno por email es algo que ya muy pocos internautas están dispuestos a hacer.
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