‘Phishing’, ‘ransomware’ y el minado de criptomonedas, las bazas de los ciberdelincuentes para este verano

ESET advierte de que los criminales se están concentrando ahora en la especialización de las campañas de minería no autorizada.

Si lo ocurrido durante el mes de junio sirve para anticipar lo que ocurrirá este verano en cuestión de seguridad cibernética, usuarios y empresas deberían cuidar tres frentes muy concretos.

El phishing con el que se intenta engañar a través de mensajes y webs falsas fue una de las amenazas más extendidas, de acuerdo con los sucesos de ciberseguridad que han sido analizados por el laboratorio de ESET, que recuerda que los delincuentes no descansan. De hecho, el FBI tuvo que publicar un comunicado para alertar sobre el aprovechamiento de certificados legítimos en páginas fraudulentas.

Otra amenaza es el ransomware que secuestra equipos informáticos para pedir un rescate a cambio de su liberación y que ya no busca extenderse por el mayor número de dispositivos que pueda, sino que se dirige en muchos casos a objetivos concretos con posibilidades de pagar.

Y no hay que olvidarse del minado de criptomonedas. ESET explica que el valor de estas divisas se está incrementando de nuevo, especialmente el Bitcoin, volviendo a niveles de principios de 2018. Esto está animando a los ciberdelincuentes a atacar ordenadores, móviles y otros dispositivos para aprovechar sus recursos sin el permiso de los legítimos propietarios.

Sobre el minado de criptomonedas cabe señalar que, en vez de reproducirse los casos de minado desde el navegador característicos del año pasado, se está buscando la especialización de las campañas. Los autores de estas campañas van o bien a por objetivos con muchos recursos o a por dispositivos que tienen menos recursos pero que destacan en número, como los de internet de las cosas.

Uno de los casos analizados por ESET recurrió a versiones modificadas de la aplicación VST para editores de audio que instalaban máquinas virtuales en macOS y Windows. Dado que los programas de edición ya son pesados de por sí, las víctimas no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad.