La aplicación iBoobs parece haber sido considerada como pornográfica o de contenido demasiado explícito, pero lo cierto es que viendo los vídeos que han aparecido en Internet uno se para a pensar quién estará detrás del departamento de censura de la App Store, porque este desarrollo no es especialmente llamativo.
En cambio, la que sí ha sido aprobada es una aplicación que emite sonidos de pedos de distintos tipos. La llamada iFart está siendo el éxito navideño y le está haciendo particularmente rico a su autor, que está amasando decenas de miles de dólares en tan sólo unos días. La pregunta es: ¿por qué esta sí es apropiada y la otra no? ¿Clarificará Apple sus criterios en algún momento?
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