Orbital Outfitters, dirigida por el pionero de la exploración civil del espacio Rick Tumlinson, fundador de la Space Frontier Foundation, y Jonathan Clark, un ex-cirujano de vuelo de la NASA, ya ha empezado a desarrollar el equipo necesario para acometer esta hazaña. Clark, que perdió a su mujer Laurel en el accidente del Columbia en el 2003, cree que cuanto más pequeño sea el objeto más posibilidades tendrá de sobrevivir la re-entrada. De ahí que piense el traje puede utilizarse para emergencias como la del transbordador en el que murió su esposa.
El salto de 36 kilómetros será sólo el primero: Rick y Jonathan quieren fabricar un equipo que permita saltos desde 241 kilómetros de altura. Esto significará caer a 4.023 kilómetros por hora antes de que un paracaídas especial se abra para estabilizar el descenso en la entrada a la capa exterior de la atmósfera.
Cuando el suicida paracaidista llegue a la atmósfera más densa estará viajando sólo a 193 kilómetros por hora, momento en el que se abrirá un paracaídas convencional para que lo que quede de tu cuerpo aterrice suavemente en la tierra o en el agua. Vamos, un cachondeo de viaje. — Ad Dugdale
High Dive [Popular Science via Sci-Fi Tech]
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