El mercado del capital riesgo tecnológico en España
El capital riesgo se ha convertido en un aliado esencial para muchas empresas tecnológicas españolas. Aquí damos a conocer algunas de las claves que presenta este sector en nuestro país y desvelamos la visión de algunas firmas.
La crisis económica ha traído consigo una escasez de crédito que hace más útil que nunca el apoyo de las entidades de capital riesgo a las empresas, y muy especialmente a las tecnológicas. Básicamente, el capital riesgo es una financiación que se otorga a compañías no cotizadas que tienen un potencial de crecimiento, a cambio de una participación accionarial.
Además, conviene recordar que en España el capital riesgo está actualmente regulado por una Ley de 24 de noviembre de 2005, aunque ya está en marcha su actualización con una nueva ley sobre la que el pasado mayo se publicó un anteproyecto.
Uno de los puntos que resultan más importantes antes de entrar en datos estadísticos sobre la situación del mercado del capital riesgo tecnológico en España, es conocer como funcionan las firmas de capital riesgo al analizar una operación de financiación.
Entrada en el capital de una empresa tecnológica
A la hora de valorar la entrada en el capital de una empresa tecnológica, Nico Goulet, socio director de Adara Venture Partners, firma de venture capital que invierte en empresas tecnológicas de origen español, indica a SiliconNews que se fijan en diversos factores como son “la motivación, experiencia, conocimientos y calidad del equipo humano”. Asimismo tienen en cuenta “el potencial de crecimiento de la compañía y su vocación de internacionalización”, y se decantan por “compañías que desarrollan tecnología propia, puntera y diferenciadora”.
Desde Enisa, entidad de capital público dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, encargada de apoyar la inversión en pequeñas y medianas empresas mediante operaciones de capital riesgo, explican que antes de apoyar una empresa valoran un “modelo de negocio innovador y/o con claras ventajas competitivas, así como la profesionalidad en la gestión junto a una estructura financiera equilibrada, es decir, que la empresa demuestre capacidad para atender a sus necesidades de funcionamiento y compromisos adquiridos”. Otro punto relevante para Enisa es “la previsión de cofinanciación de las necesidades financieras asociadas al plan estratégico de la empresa”.
En el caso de Caixa Capital Risc, la gestora de capital riesgo de “la Caixa”, exponen que buscan que sean empresas “con vocación de desarrollarse en un mercado internacional y un alto potencial de crecimiento”. Además, señalan que es importante que planteen una propuesta de valor que “resuelva una necesidad real del mercado o que haya identificado la manera más efectiva de solucionarla”. Por último citan la importancia de que las compañías a financiar muestren una visión innovadora en productos, procesos, modelos de negocio y estén “lideradas por emprendedores altamente comprometidos con la iniciativa y con las capacidades técnicas y de gestión necesarias para desarrollar el proyecto”.
Volumen de las operaciones tecnológicas de Capital Riesgo
La Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) describe en su informe de 2013 que el volumen invertido por el capital riesgo en empresas de carácter tecnológico se situó en torno a los 1.100 millones de euros en 2012, representando el 45% del volumen total invertido y doblando casi el peso de 2011 (25%).
A su vez, la tecnología aglutinó el 72% de las operaciones del año pasado, pero para la primera mitad de 2013 la situación cambió y el volumen invertido por el capital riesgo en tecnología descendió, en línea con la caída generalizada de las inversiones, hasta los 178 millones de euros. Eso si, su importancia sigue siendo alta, ya que supuso el 37% del volumen del total, así como el 73% del conjunto de las operaciones realizadas.
Por otra parte, también hay que hablar del apartado del Venture Capital (VC), la disciplina del capital riesgo que centra sus inversiones en empresas que se encuentran en sus fases iniciales, una modalidad en la que la tecnología cobra aún más importancia como foco de inversión.
En ese ámbito, como recogen los datos de ASCRI, 2012 fue un año excepcional, ya que las operaciones de VC de compañías Tecnologicas concentraron el 86% del volumen invertido frente a la inversión en empresas tradicionales (14%).
En total se alcanzaron los 136,9 millones de euros (16,6% de crecimiento interanual) en empresas tecnológicas. Igualmente destacó la inversión del VC en empresas tecnológicas por número de operaciones, sumando un ascenso del 10,5% interanual, hasta llegar a las 305 operaciones, máximo histórico, lo que equivale al 88% del total de operaciones que se cerraron en el año.
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