Tal y como explica Michael Arrington en TechCrunch, el servicio que ofrece Pandora se restringe por la sección 114 del DMCA (Digital Millennium Copyright Act), que sí establece un proceso claro para la relación comercial con los poseedores de los derechos de autor en EEUU.
Sin embargo, no ocurre lo mismo en el resto del mundo, donde cada país tiene sus propios acuerdos comerciales y un funcionamiento distinto que hace que las sociedades protectoras de derechos y las distribuidoras musicales impongan distintos tipos de acuerdos.
Eso complica enormemente la situación, y es probable que Pandora, que cierra sus puertas a los usuarios no estadounidenses, no esté disponible fuera de esas fronteras durante mucho tiempo.
Algunos ya hablan de conectarse a través de diversos proxys para ‘engañar’ al servicio, pero lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta en qué acabará todo eso. µ
vINQulos
TechCrunch
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