¿Alguien duda todavía de que el futuro está en la nube? El cloud computing se está instalando en prácticamente todos los sectores de actividad. En cualquiera de sus formas–Software as a Service (SaaS), Infrastructure as a Service (IaaS) y Platform as a Service (PaaS)-, la tecnología en la nube ofrece grande ventajas en el entorno empresarial.
En primer lugar, permite la reducción de costes asociados a la adquisición y mantenimiento de hardware y software. Además, concede una gran escalabilidad de negocio y flexibilidad, haciendo posible adecuar el servicio a la demanda de cada momento y pagando sólo por el uso. Gracias a ello, las compañías pueden destinar a su core business aquellos valiosos recursos económicos y personales que anteriormente empleaban al procesamiento y almacenamiento de datos.
Asimismo, gracias a la nube se elimina el problema de la obsolescencia de equipos y programas, pudiendo disponer en todo momento de la última tecnología. Y el cloud computing se conjuga a las mil maravillas con otra macrotendencia tecnológica: la movilidad. La combinación de cloud computing y movilidad ya es una realidad y está llamada a ser una apuesta segura para el crecimiento económico, como explicaba Amit Singh, presidente de Google for Work.
No en vano, el pasado mes de julio conocíamos que el mercado de infraestructura cloud creció un 25,1% interanual en el primer trimestre de 2015, según los datos recopilados por IDC. Este mercado alcanzó los 6.300 millones de dólares, incluyendo la venta de servidores, almacenamiento y switches de Ethernet para cloud en los ámbitos público y privado. Si atendemos sólo a la venta de servidores, los ingresos aumentaron un 7,2% interanual en el segundo trimestre del ejercicio, según datos de Gartner.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. El estudio ‘No se quede atrás: las ventajas empresariales de lograr una mayor adopción de la nube’, elaborado por IDC y Cisco, advierte que, aunque cada vez son más las empresas que se sirven de la nube, todavía no le sacan todo su jugo. Además, seis de cada diez organizaciones ya utilizan la nube o planean implementarla, pero sólo una de cada cuatro ha desarrollado una estrategia de adopción madura o avanzada. Y un 32% no tiene ninguna estrategia.
Y no sólo es importante para las empresas, sino que también lo es para los usuarios. Según el informe ‘Global GfK Almacenamiento en la nube: ¿hasta qué punto es esencial para los internautas?’, uno de cada cuatro internautas españoles consideran que la nube es imprescindible para guardar y acceder a sus imágenes, música y documentos.
Está claro que el futuro está en la nube. No obstante, aunque esta tecnología ya está muy presente, aún está en pleno desarrollo. Por este motivo, es necesario poner en marcha recursos y mucho trabajo en pos de su consolidación y mejora, con el fin de consolidar el papel del cloud computing como motor de crecimiento económico.
PANACEA ha nacido con este afán. “Es un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea que tiene como objetivo ofrecer una solución que permita gestión automática y proactiva de recursos cloud como solución a la creciente complejidad de la nube. Para conseguir esto, PANACEA utiliza una combinación de algoritmos de aprendizaje automático (Machine Learning), técnicas avanzadas de monitorización, redes overlay y el uso de herramientas de gestión como Open Nebula”, explica Iván Febles, Business Consultant del departamento de Research & Innovation de Atos.
Esta compañía es una de las partes involucradas en el proyecto, en el que participan empresas como IBM Israel, QoS Design (Francia) y la propia Atos España, además de instituciones académicas como el Centre National de la Recherche Scientifique (LAAS-CNRS) de Francia, el centro de investigación alemán IRIANC, el Imperial College of London o la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Según explica Eduardo Huedo, uno de los profesores que lideran la participación de la UCM -junto a Ignacio Llorente-, “PANACEA proporcionará comportamiento autónomo a servicios desplegados en clouds”. Esto se traduce en autorreparación, autoconfiguración, autooptimización y autoprotección.
Huedo aclara que la autorreparación se concreta en “recuperación de fallos en nodos y enlaces, rejuvenecimiento proactivo de aplicaciones y servidores para evitar averías e incrementar la disponibilidad y predicción de incumplimiento del tiempo máximo de respuesta de servidores para modificar su capacidad”.
Respecto a la autoconfiguración, especifica que significará “traducción eficiente de los requisitos de usuario para el despliegue en clouds distribuidos y configuración dinámica en presencia de anomalías”; mientras que la autooptimización se orienta a la “migración proactiva de máquinas virtuales de un recurso a otro para mantener la calidad del servicio”. Y la autoprotección se traduce en “reconfiguración proactiva de las redes superpuestas para proteger frente a ataques DDoS”.
¿Pero en qué se concreta todo esto desde un punto de vista práctico? Feble asegura que “el uso de PANACEA ayudará a que las aplicaciones en la nube sean más estables y eficientes, dando una mejor calidad de servicio al usuario final y, al mismo tiempo, haciendo que estas aplicaciones sean más resistentes tanto a fallos internos como a ataques de red externos”.
Por su parte, Huedo indica que “mediante el aprendizaje automático, se predecirán las anomalías -tiempo de fallo o ataques DDoS- antes de que ocurran”. Así, señala que “reducirá el coste para los proveedores cloud a la hora de suministrar una infraestructura cloud fiable mediante una mejor gestión de los recursos que fallan”.
En este sentido, el responsable de Atos especifica que “entre los múltiples campos en los que PANACEA podría aplicarse, podemos destacar el de la banca o la sanidad, con aplicaciones de misión crítica que necesitan de tiempos de respuesta cortos y que no pueden permitirse periodos de inactividad en su servicio”. Según explica, “el uso de PANACEA podría permitirles prever estos fallos antes de que ocurran y tomar las acciones necesarias para garantizar la continuidad del servicio”.
Además, el profesor de la UCM precisa que “incrementará la fiabilidad del aprovisionamiento cloud para los usuarios, reduciendo una de las principales barreras de adopción de la computación cloud”. Y también remarca que “proporcionará un mejor servicio a los usuarios, que no serán conscientes de los posibles fallos o pérdidas de rendimiento”.
En cuanto al rol de la UCM en el seno del consorcio, Huedo afirma que la universidad madrileña “contribuye a definir la arquitectura global, a diseñar la plataforma de gestión cloud basada en OpenNebula y a implementar y evaluar la solución final”.
Y el responsable de Atos indica que su compañía “juega un papel muy importante en PANACEA, no sólo por las actividades de explotación y difusión que protagoniza en el proyecto, sino también por su participación en varias tareas técnicas y en el aprovisionamiento de la aplicación”. En concreto, se refiere al denominado DAaaS (Data Analytics as a Service), que consiste en “una plataforma de aplicaciones extensible que utiliza el modelo cloud-delivery y que está siendo adaptado para la validación de las diferentes innovaciones propuestas por PANACEA”, puntualiza.
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