La generación de residuos, una vez que los usuarios descartan ciertos aparatos y los sustituyen por modelos nuevos, es uno de los problemas a los que se enfrenta la industria tecnológica. Y la sociedad en general.
Y es que, al cabo del año, son muchas las toneladas métricas de chatarra tecnológica que se generan.
De acuerdo con los datos del estudio The Global E-waste Monitor 2017 de la Universidad de las Naciones Unidas, la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos, del que se hace eco Statista en una de sus infografías, el año pasado se llegó a los 44,7 millones de toneladas métricas.
Para llegar a este cálculo se tienen en cuenta productos con enchufe o batería que han sido desechados. Aquí entran desde teléfonos y ordenadores o televisores hasta juguetes y electrodomésticos, por ejemplo.
Esos 44,7 millones de toneladas métricas corresponden a unos 6,1 kilos por persona.
El país que encabeza la lista es China, que produjo 7,2 millones de toneladas métricas por sí solo (5,2 kilos per cápita). El segundo es Estados Unidos con 6,3 millones de toneladas métricas (19,4 kilos por persona).
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