Otra pequeña reprimenda para Microsoft
Como es habitual, el gigante de la informática recibe la nueva multa de la Comunidad Europea como otra regañina que ni siquiera es capaz de dañar su imagen.
La Comunidad Europea vuelve a poner freno a la política abusiva de Microsoft. O, al menos, a intentarlo. Pero, por más que las cantidades sean muy elevadas, no sé por qué no acabamos de quitarnos de encima la sensación de que es pura boquilla. Me comentaba una amiga ingeniero que hay muchas empresas que se saltan las normativas medioambientales, pero se quedan tan anchas pagando las escuetas multas que suponen. Lo mismo pasa con el calentamiento global del planeta y las cuotas de contaminación, moneda de cambio entre países. Da la sensación de que son colegiales que intentan burlar los controles del bedel, saltándose a la torera, si pueden, las normas establecidas (¡por ellos mismos!). Lo mismo pasa con estos gigantes. Uno se alegra, de forma más o menos sana, con los varapalos que reciben: unos milloncitos por aquí, un poco de escepticismo en las comunidades informáticas más libres (bloggers, open source)? Y poco más. Prueba a robar un producto en una tienda y a distribuirlo diciendo que es tuyo. Te cae una pena seria y nadie vuelve a mirarte bien. Pero no eres una gran corporación, no tienes miles de abogados ni la influencia que supone su enorme poder. Microsoft está en el eje del bien y por más que ?estos chiquillos? hagan unas ?travesuras?, a ellos se les permite. Europa, por la distancia, parece que se toma las cosas más en serio y, aún así, sigue sabiendo a poco. Entre tanto, Gates ha empezado a desmarcarse de Microsoft, y Microsoft de Gates. Ahora es cada vez más un buen samaritano y cada vez menos un despiadado tiburón de la informática.