El 38 % de las firmas financieras no diferencia transacciones reales y fraudulentas
Además, según Kaspersky Lab, prácticamente 1 de cada 2 empresas que operan pagos electrónicos opta por herramientas de protección no especializadas que fracasan frente al fraude con falsos positivos.
La actividad de los ciberdelincuentes sigue causando estragos y confusión entre usuarios y negocios, incluso entre aquellos que se encuentran implicados en operaciones especialmente delicadas como pueden ser las financieras. Tanto es así que un parte importante de las organizaciones financieras, contando también a los bancos, lo estaría pasando mal para “gestionar el fraude financiero online”.
Así lo asegura Kaspersky Lab, que remite a una serie de datos aportados por una encuesta de elaboración propia, en colaboración con International. Según dicha encuesta, hasta un 38 % de esas empresas tendría problemas para diferencia una transacción real y legal de una transacción fraudulenta.
Y aunque el 41 % usa soluciones de ciberseguridad in-house y el 45 % aplica software de terceros con un objetivo de protección, casi la mitad (46 %) ha aplicado una implementación parcial de herramientas antifraude o, directamente, no cuenta con una. A esto hay que añadir que prácticamente 1 de cada 2 empresas que operan pagos electrónicos opta por soluciones no especializadas. Esto es, soluciones que “no son fiables contra el fraude y muestran un alto porcentaje de falsos positivos”, según Kaspersky Lab.
“Es crucial”, subraya Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab Iberia, “utilizar soluciones de prevención de fraude especializadas que proporcionarán a los clientes el servicio más seguro posible”. Los expertos advierten de que “el uso incorrecto de sistemas de seguridad puede dar lugar al bloqueo de las transacciones”, mientras que “la desviación de pagos puede derivar en una pérdida de clientes y, en última instancia, de beneficios”.
“El fraude en sí no es solamente el problema”, insisten desde Kaspersky, “las organizaciones financieras tienen que reducir el número de falsas alarmas en sus sistemas para proporcionar el mejor servicio posible al cliente”.