Orden establecido

Las estrategias que las potencias de los cuatro puntos van a abordar para fomentar Internet y acabar con sus deficiencias apuntan al grado de desigualdad mundial.

Representantes de más de 250 países están tomando nota de la relevancia de Internet. Dejando atrás los desafíos a los que el medio electrónico obliga en una etapa en la que cada día se abren nuevas expectativas, los distintos Gobiernos se encuentran perfilando unas oportunidades que, sin duda, podrían cambiar el sistema global establecido.

Si las naciones en vías de desarrollo perciben la Red como una de las estrategias más definidas para acabar con las fronteras interculturales a las que estamos tan tristemente habituados, el futuro que puede y que debería suponer el método electrónico trasciende los límites de lo conocido.

La expansión de Internet refleja, aunque todavía de manera incipiente, un nuevo orden mundial en el que la interconexión y la información se vuelven más directas que nunca para imponer opciones y alternativas al gusto.

La relevancia del asunto es tal que las esferas más influyentes del panorama actual están abordando la esencia de Internet de modo que los elementos más perniciosos, como la confidencialidad del usuario o los temidas estafas online, verán reducidos sus índices de peligrosidad.

La decisión no podía ser más acertada y el supuesto acuerdo al que deben llegar las potencias reafirma la consistencia que la iniciativa online está tomado en los cuatro puntos cardinales para, de seguir con tan feliz comienzo, acercar los extremos de desigualdad y desarrollo que caracterizan este presente.