El sector tecnológico se está viendo sacudido en las últimas semanas por una oleada de despidos sin precedentes. Casi ninguna de las ‘big tech’ se escapa de estos recortes.
La primera fue Meta, que el pasado mes de noviembre anunció 11.000 despidos, el 13% de su plantilla. Apenas unos días después fue Amazon quien comunicó que contemplaba prescindir de alrededor de 10.000 trabajadores. Sin embargo, a principios de año anunció nuevos recortes. Sumados a los ya anunciados en 2022, el ajuste afectará a 18.000 empleados.
El otoño también nos trajo el desembarco de Elon Musk en Twitter, que conllevó varios despidos en la dirección de la compañía y el anuncio de un recorte del 50% de su fuerza laboral, lo que suponía acabar con alrededor de 3.700 empleos. Sin embargo, entre despidos y dimisiones, se estima que podrían haber salido de la empresa entre 5.000 y 6.000 personas.
A mediados de enero le ha llegado el turno a Microsoft, que espera prescindir del 5% de su plantilla. Es decir, unos 10.000 empleados. No hay que olvidar que la compañía de Redmond ya había anunciado el despido de 1.800 trabajadores el pasado mes de julio, al inicio de su ejercicio fiscal, como consecuencia de un reajuste estratégico.
Hace un par de semanas supimos también que Alphabet eliminará 12.000 puestos laborales, lo que supone un 6% de su plantilla. Asimismo, PayPal comunicó ayer a sus trabajadores que despedirá a 2.000 personas en todo el mundo, lo que supone un 7% de su plantel global.
Además, otras muchas tecnológicas han presentado ajustes. Por ejemplo, Salesforce comunicó en noviembre que despediría a 1.000 empleados. Sin embargo, a comienzos de años se supo que finalmente prescindirá el 10% de su plantilla, dando la baja a unos 7.000 trabajadores. Asimismo, Spotify informó hace un par de semanas de que echará al 6% de sus trabajadores, afectando a alrededor de 600 personas.
Esto es sólo una muestra de algunos de los recortes anunciados por las empresas más representativas del sector, pero a lo largo del pasado año vimos muchos más despidos, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico, elaborado por Visual Capitalist.
Uno de los motivos que encontramos como trasfondo de esta crisis laboral es la transformación digital que vivió nuestra sociedad a raíz de la pandemia. “Durante los años 2020 y 2021 se produjeron importantes cambios en el comportamiento de los consumidores, principalmente debido a la situación de la pandemia vivida en todo el mundo. Los usuarios abrazaron los negocios digitales, al no disponer de alternativas físicas y también para evitar el contacto físico con otras personas por el miedo a un posible contagio. Las empresas líderes de esos mercados aprovecharon este cambio de tendencia y experimentaron grandes crecimientos que les forzaron a dimensionarse adecuadamente. En previsión de una época dorada para los negocios digitales, realizaron grandes inversiones para poder ofrecer nuevos servicios a esos usuarios, que demandaban cada vez más y mejor”, declara Jaume Llagostera, profesor de EAE Business School.
Por ejemplo, Amazon acabó 2022 con 1,6 millones de empleados, más del doble de los que tenía al cierre de 2019, según los datos recopilados por MacroTrends. Igualmente, Microsoft contaba con 221.000 trabajadores al final de su ejercicio fiscal 2021-2022, casi 80.000 más que tres años antes, en julio de 2019. Es decir, un 53,5% más que antes de la pandemia. Asimismo, Meta concluyó el año pasado casi con 72.000 trabajadores, alrededor de dos tercios más que en 2019. Y Alphabet tenía más de 156.000 personas en plantilla al finalizar 2022, casi un tercio más que tres años antes.
Sin embargo, la esperada vuelta a la normalidad trastocó los planes de estas empresas. “El error que cometieron estas compañías fue creer que este cambio había llegado para quedarse. Pero conforme las restricciones por la pandemia fueron siendo eliminadas, los ciudadanos volvieron progresivamente a sus hábitos prepandemia. De hecho, según datos del FMI, el gasto online aumentó en 2020 durante la pandemia en un 15%, pero en 2021 disminuyó un 12%, al eliminar las restricciones”, puntualiza Antoni Cunyat, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Igualmente, Llagostera afirma que “se ha retornado a la verdadera normalidad”. “Los consumidores han vuelto a sus antiguos hábitos de compra, dejando esas previsiones de crecimiento futuro en un horizonte que no se ha producido. Después de un año de no cumplirse esas previsiones, las empresas están viendo cómo sus beneficios han sufrido las consecuencias y se tienen que adaptar a la realidad, reduciendo costes la masa salarial”, anota.
Así pues, Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, considera que “los despidos parecen ser más una corrección de sus planes de negocio, provocados por una serie de excesos en las contrataciones ante perspectivas que no contemplaban el actual escenario de incertidumbre y ralentización, que una situación general de aquellas empresas e instituciones que están apostando actualmente por la transformación digital”.
Del mismo modo, Pelayo Benito, profesor del Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la Universidad Internacional La Rioja (UNIR), afirma que “parece haber un movimiento de reflujo o bajada de la marea de contrataciones provocada por el súbito incremento de la demanda de los servicios ofertados por estas empresas a raíz del confinamiento general desatado por la pandemia”.
De hecho, la única de las grandes empresas tecnológicas que se escapa de esta oleada de despidos es Apple, cuya fuerza laboral se mantuvo más estable durante la pandemia, con un crecimiento de su plantilla del 18,7% entre septiembre de 2019 y de 2022.
Por otra parte, el profesor de la UOC recalca que la guerra de Ucrania está lastrando la evolución de la economía. “Las empresas tecnológicas son muy sensibles al ciclo económico, ya que la principal fuente de ingresos para muchas de ellas es la publicidad, que es una de las primeras variables que las empresas disminuyen cuando quieren recortar gastos”, indica.
Además, considera que “parece que hay un agotamiento del modelo de negocio que existía hasta ahora, con crecimientos exponenciales en el número de usuarios”. “Las empresas tecnológicas parece que se han dado cuenta y han dado a ‘pausa’ para reorganizarse y estudiar hacia dónde quieren reorientar su negocio. Me da la impresión de que las empresas están estudiando hacia dónde quieren redirigir sus inversiones. Y éstas pueden ir hacia un modelo con plantillas menos masivas, pero más especializadas”, valora.
Asimismo, Llagostera indica que algunas de las inversiones realizadas no están ofreciendo el retorno esperado, “lo cual hace que la amortización de las mismas se alargue en el tiempo”. “Ha sido uno de los principales factores para esta oleada de despidos: la necesidad de reducción de costes para evitar ofrecer resultados pobres a los inversores que condujeran a caídas en sus cotizaciones”, aclara. Por ejemplo, reseña que la inversión de Meta en el metaverso “no está resultando como se esperaba”.
En cualquier caso, Benito hace hincapié en que estos recortes “deben ser analizados caso por caso y en términos relativos y no absolutos, comparando qué porcentaje de reducción suponen los despidos en cada empresa respeto a sus anteriores niveles de empleo respectivos”. “En algunas de ellas, pese a lo significativo de las cifras y el evidente impacto a título personal para quienes se ven afectados por los despidos, las fluctuaciones del empleo adoptadas, expresadas en porcentaje respecto de la plantilla previa, no superan los dos dígitos”, aclara.
La situación de incertidumbre económica que atravesamos no contribuye a la estabilidad del sector, por lo que en los próximos meses podríamos ver nuevos recortes en el plantel de las empresas.
“Todo parece indicar que seguirán extendiéndose los ajustes de la plantilla en otras empresas del sector. De hecho, cada semana aparecen anuncios de compañías anunciando despidos”, apunta Cunyat.
José Canseco, profesor de EAE Business School, también espera más despidos. “Desafortunadamente, las grandes y medianas tecnológicas seguirán llevando a cabo ajustes de plantilla durante este trimestre. Y en función del comportamiento de las economías, es posible que también en el cuarto trimestre de este año. Además, esta realidad arrastra a compañías del sector de pequeño tamaño, dependiendo de la estructura de costes que tengan. Pero no sólo en el sector tecnológico. Estas semanas de presentación de resultados están demostrando que los ajustes se han universalizado para prácticamente todos los sectores”, declara.
Igualmente, la responsable de InfoJobs advierte que “las firmas tecnológicas están atravesando un momento singular, por lo que es posible que se den más ajustes”, ya que muchas de estas compañías operan en sectores afectados por la actual crisis, como el comercio electrónico, el ocio o el entretenimiento.
No obstante, confía en la fuerza tractora de la tecnología. “La industria tecnológica es el futuro y vertebrará el resto de sectores productivos. La mayor parte de los fondos públicos de recuperación están destinados a la transformación digital de las empresas”, remarca.
Por su parte, Benito cree que es difícil prever cuál será la evolución. “Depende de los compromisos adquiridos por las cúpulas directivas de dichas empresas, con sus respectivos grupos de interés, especialmente sus accionistas e inversores, que es ante quienes rinden cuentas”, apunta.
“Si las decisiones adoptadas hasta el momento logran transmitir a dichos destinatarios un mensaje sólido y creíble de que lo peor ya ha pasado y que la nueva orientación de sus actividades está dando los frutos perseguidos tras la reordenación a la baja del volumen de sus gastos de personal, no es previsible que se sigan produciendo recortes significativos. Pero nadie está en condiciones de descartar que nos espere un nuevo desafío a la vuelta de la esquina, ya sea en forma de crisis sanitaria global o de conflicto político-militar con repercusiones a escala planetaria, que exija a su vez nuevos sacrificios a sectores ya castigados por una sensible pérdida de empleo”, añade.
Otro aspecto a tener en cuenta es cómo afecta la llegada de todo este capital humano al mercado laboral. “Gran parte del personal TIC podrá recolocarse en otras empresas. En la mayor parte de los casos estamos hablando de personal altamente cualificado, dinámico y con facilidad para reorientar sus habilidades hacia nuevas tendencias. La clave será reciclarse y especializarse en aquellos nuevos puestos que vayan demandando las empresas tecnológicas. Además, la inteligencia artificial creará nuevos puestos de trabajo con unos perfiles diferentes”, comenta el profesor de la UOC.
Además, Llagostera cree que “será una situación temporal”. “La adopción de servicios y productos digitales no ha parado, si bien el crecimiento ha sido inferior al previsto por las empresas. Va a seguir habiendo una fuerte demanda de profesionales cualificados en tecnología, puesto que muchas empresas están apostando fuertemente por el entorno digital, convirtiéndose en competidores para las grandes compañías de la última década. Para lograr competir, estas empresas necesitarán talento y conocimiento y, sin duda, esto pasará por incorporar a personas que puedan ofrecerlo”.
Aunque tampoco podemos perder de vista los efectos que puede tener el aumento de la oferta de talento en un mercado permanentemente tensionado por la escasez de profesionales cualificados. “Al darse la situación de que sean muchas las empresas que están procediendo simultáneamente a realizar recortes significativos de sus plantillas, concentrados además en perfiles profesionales bastante similares entre sí, es posible que, a corto plazo, las posibilidades de recolocación de las personas despedidas se vean sometidas a una especial tensión. El mercado laboral, aunque con matices, no deja de ser un espacio donde confluyen en el tiempo las demandas de talento humano por parte de los empleadores y la oferta de mano de obra dispuesta a ser contratada, lo cual puede afectar al ‘precio’ al cual se muestran proclives a contratar quienes tienen necesidad de dicho talento”, puntualiza el profesor de la UNIR.
En esta misma dirección, Pérez considera que “una entrada importante de talento puede ayudar a que el sector esté menos tensionado y que los sueldos abandonen la espiral inflacionista”.
Algunos de los despidos masivos que se están produciendo en las tecnológicas también están afectando directamente a nuestro país, como en el caso de Twiiter, que ha prescindido del 85% de su plantilla en España.
Sin embargo, Canseco opina que “tendrá un impacto limitado en España, debido a que el sector tecnológico en nuestro país no está tan desarrollado como en otros países de nuestro entorno y los salarios están algo más contenidos”.
Además, Benito hace hincapié en que este tipo de recortes no son tan sencillos aquí como en Estados Unidos. “Habrá que estar atentos a las exigencias legales que se exigen para los despidos colectivos en nuestro país, donde no rige un modelo de despido ‘sin causa’, al menos en teoría, y donde se exige que al menos se articule un proceso de consulta y negociación con los representantes de los trabajadores para buscar alternativas o atenuar el efecto nocivo de la decisión extintiva de la relación laboral adoptada por la empresa”.
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