Las oficinas inteligentes mejoran la productividad de los empleados
Reducir el consumo de energía y aumentar tanto el confort como la seguridad de los trabajadores es el objetivo para quienes diseñan los nuevos espacios de trabajo
Evolución de la domótica en los últimos años
La profunda penetración de tablets y smartphones es, sin duda, clave para el desarrollo de estos sistemas inteligentes. La banda ancha, accesible a todo el mundo, permite una gran visualización del control, lo que se conoce como interfaz hombre-máquina (Human-Machine Interface o HMI). Además, la interoperabilidad comunica de forma directa dos artilugios, y sustituye uno por otro sin interferir en el proceso.
“La integrabilidad posibilita la comunicación entre varios aparatos utilizando otro como puente entre ellos. Sistemas hasta hace poco tiempo difícilmente conectables forman ahora sinergias que multiplican la funcionalidad de la domótica”, destaca el profesor Cantos, quien parafrasea a Lord Kelvin: “todos los procesos mejoran en cuanto se pueden medir y cuantificar”.
Existen sustanciales progresos en el ámbito de la domótica y de la inmótica. En el campo de las comunicaciones son especialmente interesantes, ya que la movilidad resulta crucial en un mundo cada vez más global. Así, el teletrabajo, las teleconferencias o la existencia de espacios de trabajo compartidos online constituyen una realidad.
Por otra parte, y de forma experimental, “se están realizando proyectos en los que, mediante redes de sensores, se pueden medir el rendimiento de los trabajadores, especialmente en el caso de fábricas o talleres. Gracias a ello se obtiene un control inteligente de la productividad de cada área y se identifican necesidades específicas”, afirma Sergio Cantos.