Oficinas inteligentes centradas en su bienestar, la reivindicación de los trabajadores tras la pandemia

Gartner advierte de que los empleados que vuelven a la oficina tras el confinamiento tienen “mayores preocupaciones sobre la salud y la seguridad personal”.

Los expertos coinciden a la hora de plantear cómo será el entorno de trabajo en el futuro. Ya no se basará tanto en los puestos anclados en la oficina, sino que combinará la tradición con una creciente apuesta por el teletrabajo.

De ahí surgirá el trabajador híbrido, con unas prioridades diferentes a las que estábamos acostumbrados.

La consultora Gartner estima que en solo dos años, en 2022, 6 de cada 10 trabajadores híbridos priorizarán las oficinas inteligentes capaces de contribuir a su bienestar por encima de las oficinas remotas.

Ahora que el confinamiento de la población en sus casas ha vaciado los lugares de trabajo de toda la vida, las empresas tienen la oportunidad de actuar para transformarlos en espacios que cumplan con las expectativas del trabajador del futuro. “Debido a la COVID-19, muchas oficinas permanecen desocupadas o subutilizadas, ya que los empleados eligen trabajar de forma remota”, comenta Gavin Tay, vicepresidente de investigación en Gartner. “Sin embargo, una vez que los confinamientos se alivien, los empleados que planeen volver a la oficina tendrán mayores preocupaciones sobre la salud y la seguridad personal” y quien tome medidas ya mismo ganará tiempo y ventaja competitiva.

Además de adaptarse a las necesidades de los empleados que no quieren trabajar a distancia o que carecen de la comodidad suficiente para quedarse en el hogar, las oficinas reconvertidas son una buena oportunidad. También lo son para las propias empresas, que pueden optar por utilizar sus espacios para coworking y así ir recuperándose de las pérdidas ocasionadas por la crisis sanitaria.

Gartner propone incorporar sistemas de gestión integrada del lugar de trabajo para velar por la seguridad de la gente, así como aplicaciones de programación de recursos que aprovechen las propiedades de la inteligencia artificial y el internet de las cosas, como sensores de movimiento para controlar el distanciamiento social.

Otras soluciones son la tecnología para seguimiento de contactos, los asistentes personales virtuales, las cámaras térmográficas y los sistemas de gestión de la calidad del aire.