Explicamos al encargado que no es así, tal y como señala el Ministerio de Industria en su página web. La respuesta que obtenemos entonces es que las únicas opciones para poder tramitar el préstamo a través de esa entidad bancaria son la de
abrirse una cuenta en la sucursal o, por el contrario, contratar un seguro de vida con ellos. Ante la negativa, buscamos otra entidad.
En BBVA no ponen demasiado problema para aceptar la solicitud del préstamo (quizá porque el redactor posee cuenta corriente en esta entidad bancaria).
Una vez comprobado que el impreso de solicitud está cumplimentado y que la factura proforma incluye todos los datos necesarios, nos aseguran que en una semana nos llamarán por teléfono para informarnos si nuestro préstamo ha sido concedido o no.
De eso hace ya más de dos meses -pues la gestión fue realizada el 15 de julio de 2009- y la entidad financiera “
aún no ha podido pronunciarse sobre la viabilidad del crédito“, según la respuesta obtenida tras varias llamadas telefónicas realizadas en todo caso por el usuario, que en ningún momento recibió comunicación por parte del banco.
Estas dos situaciones -que dejan la petición del préstamo todavía por resolver- no deben ser excepción a la regla ni desconocidas por la Administración. Junto a la explicación de que las entidades bancarias no podían cobrar ningún tipo de comisión por la tramitación de los expedientes, en la web del Plan Avanza se incluía a principios de este verano -cuando iniciamos las gestiones-
un enlace mediante el cual los ciudadanos podían informar al ministerio de las trabas injustificadas que se encontraran por parte de los bancos participantes en el programa a la hora de solicitar sus créditos.
Sin embargo,
como se puede comprar ahora mismo en la web, este enlace ha desaparecido.
¿Saturación de quejas por parte de los ciudadanos? La realidad es que ahora mismo no hay dónde dirigir las quejas. De hecho, como pudimos comprobar
durante la celebración del pasado SIMO Network, algunos ciudadanos incluso acudieron al stand de Red.es para protestar por la situación.